La huerta valenciana está atravesando un momento delicado por culpa de las importaciones de naranjas contaminadas provenientes de Sudáfrica. Después de meses de lucha, finalmente la Comisión Europea ha decidido endurecer los controles para los cítricos que llegan de esta región. Sin embargo, España sigue considerando que esta medida es insuficiente ya que está provocando graves problemas en los cultivos de naranjas patrios.
El campo español lleva años denunciando una situación de desamparo por parte de las autoridades europeas. Desde 2009 los puertos españoles y europeos son un coladero de cítricos provenientes de Sudáfrica, Suazilandia y Zimbabue que vienen infectados por la plaga de la polilla Thaumatotibia leucotreta, también denominada ‘falsa polilla’. En estos más de 12 años, se han interceptado 67 envíos de cítricos en puertos españoles y hasta en 562 del conjunto de la Unión Europea.
Ante estos datos, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, lleva exigiendo ante la Comisión Europea que se endurezca este tratamiento desde hace meses. España pedía que fuese obligatorio el tratamiento en frío de los cítricos importados de Sudáfrica.
Sin embargo, el Comité Permanente de Plantas, Animales y Piensos, que agrupa a los responsables de agricultura de los 27 países miembros, ha decidido que este tratamiento solo se aplique sobre la naranja, dejando fuera al resto de cítricos. La reforma obliga a aplicar el tratamiento en frío a las importaciones de naranja durante 16 días y a una temperatura de entre 0-1°C.
«Sudáfrica no puede dar garantía sanitaria de sus exportaciones de naranjas a la UE»
MEDIDA INSUFICIENTE
Para las asociaciones de agricultores valencianos, como AVA-Asaja, esta medida es insuficiente. «Pensamos que ha sido una medida a medias. Estamos medio satisfechos porque se ha tomado la decisión para las naranjas, pero consideramos que ha sido un insulto para España el hecho de no considerar a los otros cítricos», afirma a MERCA2 Jenaro Aviñó, director de la Asociación Valenciana de Agricultores.
El tratamiento en frío de las naranjas sí que ayudaría a evitar la entrada de la polilla, ya que las bajas temperaturas acabarían con la vida de las larvas y de esta manera no sobrevivirían. Una de las principales quejas de AVA es que, precisamente, se deje fuera a la mandarina y al pomelo. Según nos adelanta Aviñó, «parece ser que uno de los motivos por los cuales se ha tomado la decisión de solo naranjas es por el alto número de detecciones en este cítrico. El motivo que esgrima la Comisión es esta, pero hay que estudiarlo bien».
Sin embargo, desde AVA destacan el problema que puede acarrear focalizar las normas en la naranja y no controlar a los otros cítricos. «Sudáfrica está incrementando de forma alarmante sus importaciones de mandarinas. Aunque este año solo ha habido 13 intervenciones de Thaumatotibia, estoy seguro de que esto irá a más porque su intención es incrementar el volumen de exportación, más que nada por las plantaciones que han puesto. Según los datos que manejamos, hasta 2017 se habían plantado más de 10 millones de plantas de variedades tardías de mandarinas, que llegan aquí entre junio y septiembre».
SUDÁFRICA NO GARANTIZA SANIDAD
Resulta curioso que, un problema que lleva acuciando al campo desde 2009, haya tardado tanto en obtener una solución. «Nosotros venimos denunciándolo desde hace muchísimo tiempo a la Comisión. Cabe recordar que en estos momentos tenemos una plaga muy importante como es el cotonet de Sudáfrica que vino de una importación de cítricos de 2011 o 2012», expresa Aviñó.
Además, añade que «nosotros lo que hemos exigido a la UE es reciprocidad fitosanitaria. Nosotros no podemos utilizar determinadas materias efectivas que ellos sí, las condiciones laborales no son las mismas, pero el problema es que ellos tienen unas plagas que nosotros no tenemos. Lo que exigimos es que lo mismo que nos piden a nosotros cuando exportamos a un país tercero se lo pidan a ellos para garantizar que no vienen con plagas».
La asociación valenciana hace la misma reivindicación que COAG ante la denominada ‘crisis del tomate’. «Sudáfrica no puede garantizar sanitariamente sus exportaciones, es incapaz de garantizar sanidad a sus productos, y eso es lo que nos preocupa a nosotros”. Aviñó también destaca que “solo se inspecciona al 10% de los cargamentos. Estamos seguros que entran más plagas de las que se detectan en los puertos fronterizos».
Teniendo todo esto en cuenta, ¿por qué desde la Unión Europea no se están tomando medidas? Según el directivo, porque ciertos países como son Holanda, Alemania y Bélgica, tienen intereses en estos países africanos. Los enemigos de la citricultura europea los tenemos dentro de la propia Europa. Muchas veces, estas peticiones que hacíamos los países productores de cítricos, contrarrestaban con la no aprobación por parte de países de la UE que tenían intereses en países de Sudáfrica».
Ante todos estos problemas, el campo español hace un último llamamiento a las autoridades europeas. Sino consiguen controlar y vigilar a todos los cítricos que entran desde Sudáfrica al resto de países europeos, se pone en riesgo a todos los cultivos, incluyendo los españoles. Una bacteria no tiene tratamiento curativo, por lo que, en caso de contaminar a la huerta nacional, esto supondría un riesgo económico y medioambiental muy alto.