El ecosistema startup español vive un momento dulce. La financiación en empresas emergentes está experimentando un amplio crecimiento y así lo demuestran las cifras del último año. La inversión en startups realizada en 2021 casi cuadruplica el volumen captado respecto a 2020, según los datos del informe anual del observatorio del ecosistema startup de la Fundación Bankinter.
En total, se cerraron hasta 409 operaciones de inversión en startups de origen español por casi 4.300 millones de euros, la mejor cifra de la serie histórica. Pero, una de las claves que se extraen de los datos recabados durante los 12 meses del año pasado es que la participación de fondos extranjeros en las rondas de financiación de empresas emergentes se ha disparado con respecto al año anterior. Y es que, las startups españolas han recibido hasta 2.170 millones de euros de firmas de inversión internacionales en 2021, lo que supone un aumento del 335%.
“El 2021 ha estado marcado por un fuerte crecimiento en M&A y en transacciones, pero también ha sido un año en el que se ha disparado la inversión en startups”, señala a inversión.es Pablo Pérez García Villoslada, Managing Partner en Bondo Advisors, boutique especializada en fusiones y adquisiciones. Desde Bondo trabajan ayudando a empresas de mediano y pequeño tamaño como Miogroup, la consultora de marketing digital de los hermanos Arbeloa, a la que asesoraron para salir a cotizar al BME Growth el año pasado.
LA TENDENCIA ESTÁ CAMBIANDO
Entre los distintos motivos de este crecimiento exponencial del capital que se ha movido dentro del ecosistema, se encuentran “la propia inercia del propio mercado, el hecho de que los venture capital españoles, que son los que más invierten en startups, siguen creciendo, y también que cada vez hay más fondos extranjeros invirtiendo más capital”, destaca el empresario.
Aunque la principal función de asesoramiento de la boutique está relacionada con el crecimiento orgánico de este tipo de empresas, así como las salidas a bolsa, últimamente la tendencia está cambiando. “Hay un interés de empresas que vienen a nosotros, ya no solo a vender o comprar, sino a pedir ayuda para buscar financiación en fondos extranjeros. Startups a las que no interesa optar por salir a bolsa para financiarse, sino hacerlo a través de private equity o venture capital”, asegura Pablo Pérez.
Es por ello que desde la boutique han lanzado un nuevo servicio de ‘funding’ para asesorar a las startups que necesiten buscar financiación más allá del capital riesgo nacional. “Por un lado, tenemos esa capacidad para empresas de tamaño mediano en cuanto a salidas a bolsa o private equity y, por otro, asesoramos a empresas de tamaño pequeño, ya sea para búsqueda de capital riesgo o algún otro tipo de vehículo de inversión”, explica.
GRANDES FONDOS A POR PEQUEÑAS STARTUPS
El dinero se está moviendo desde el capital privado hacia empresas españolas con proyectos con fuerte componente tecnológico, pero no solo en aquellas que ya están más o menos consolidadas. Esta cuestión ha cambiado en 2021 y los fondos de inversión han comenzado a apostar por startups más pequeñas o en etapas iniciales que antes no recibían financiación fuera de nuestras fronteras. “Cada vez hay más fondos extranjeros que están invirtiendo, no solo a través de ‘megarondas’ como ya venían haciendo, sino también en las fases semilla y en series A. Fondos extranjeros que hasta entonces solo participaban en la financiación de empresas como Idealista, Jobandtalent o Glovo”, señala Pablo Pérez
En este sentido, el gerente de Bondo Advisors explica que «hasta hace poco, cuando las startups buscaban financiación en fases tempranas lo hacían dentro del ecosistema del capital riesgo español. A estos fondos siempre les ha gustado que el emprendedor sea capaz de llegar a ellos directamente y no a través de un asesor. Pero esto es distinto cuando buscamos en otros fondos de Estados Unidos, Reino Unido, de Francia, de Alemania, a los que es mucho más difícil llegar».
Y, tras un año de récord, las perspectiva para este 2022 van en la misma línea de crecimiento, más allá de riesgos macroeconómicos como la inflación. «Lo que nos resulta muy interesante es que ha habido tanta inversión en 2021 y va a haber tanta en 2022, que traerá consigo una aumento importante en las transacciones, que no se ha dado en estos años, porque los fondos buscarán obtener una rentabilidad de sus inversiones«, asegura.