Los nutricionistas desaconsejan el consumo excesivo del jamón ibérico debido a que se trata de una carne procesada. Dentro de considerarse menos saludable que otro tipo de carnes sus valores nutricionales tienen propiedades beneficiosas para el organismo. Lo cierto es que hay partes mejores que otras y algunas que incluso no deberías comer nunca.
2Quita la grasa del jamón ibérico
Esta parte de color blanquecino del jamón es mejor retirarla o en su defecto tomarla muy esporádicamente. El tocino veteado aporta una cantidad de grasa concentrada que si se consume en exceso puede acarrear problemas de salud. La nutricionista y dietista, Andrea Calderón, explica que «el jamón ibérico tiene más grasa que el jamón blanco o el jamón serrano, por lo que si lo consumimos más a menudo, habrá que reducir un poco esta parte tan grasa. De todas formas, todo el jamón (en su totalidad) contiene grasa infiltrada que no vemos tan claro como las vetas, y hace que por ello, su sabor sea espectacular».