La morcilla es uno de los embutidos más típicos de España. Y de los preferidos por muchas personas, ya sea en su variante de arroz, más típica de zonas como Burgos, entre otras, o la de cebolla, que quizás reina más en el sur de España. Además, no solo se puede comer tal cual, sino que es toda una delicia cuando se hace a la brasa en la barbacoa, o se fríe, incluso se podría usar para croquetas o como relleno de pimientos.
Si has intentado freír morcilla y se ha roto en pedazos, aquí tienes las claves para que no suceda eso, y algunos otros consejos y consideraciones sobre este producto. ¡Y así podrás «irte a freír morcilla»! (pero en el buen sentido)
8Forma de freír más adecuada
Es importante que si la morcilla está envasada, se abra el envase 15 min antes de cocinarla para que se airee. Si está en la nevera, también tienes que sacarla unos 30 min antes para que se temple. Una vez lista, se retira el cordón y se corta en rodajas de 1.5 cm de grosor.
Luego puedes usar abundante aceite para freír (mejor de girasol que de oliva para esta receta), y se debe hacer con la temperatura muy alta, la mayor que se pueda.