La morcilla es uno de los embutidos más típicos de España. Y de los preferidos por muchas personas, ya sea en su variante de arroz, más típica de zonas como Burgos, entre otras, o la de cebolla, que quizás reina más en el sur de España. Además, no solo se puede comer tal cual, sino que es toda una delicia cuando se hace a la brasa en la barbacoa, o se fríe, incluso se podría usar para croquetas o como relleno de pimientos.
Si has intentado freír morcilla y se ha roto en pedazos, aquí tienes las claves para que no suceda eso, y algunos otros consejos y consideraciones sobre este producto. ¡Y así podrás «irte a freír morcilla»! (pero en el buen sentido)
6El truco de la harina
Algunos usan un truco para que la morcilla quede más crujiente y no se deshaga tanto al freírla. Y ese truco pasa por usar harina en la receta.
Es decir, lo que hacen es enharinar los trozos de morcilla. Aunque es un buen truco y aporta una costra crujiente al plato, si no quieres emplear harina y la morcilla es de calidad, no tiene por qué romperse.