Uno de los gestos más habituales en las cocinas de todas las casas es el de freír unas patatas o unas croquetas y al terminar, guardar el aceite de la sartén en la típica aceitera con filtro, para poder reutilizarlo otro día. ¿Te suena? Esta costumbre tan común puede conllevar algunos riesgos, ya que es fácil perder la cuenta de las veces que se vuelve a usar el aceite, calentándolo una y otra vez para diferentes preparaciones.
Lo ideal, evidentemente, sería utilizar aceite nuevo cada vez que freímos algo, pero esta opción se nos antoja bastante utópica e irreal, más teniendo en cuenta el elevado precio del aceite de oliva, que es el que solemos emplear.
5FRITURAS DE PEOR CALIDAD
Al freír en casa, es complicado controlar la temperatura, ya que necesitaríamos un termómetro especial. Así que normalmente los 180ºC se sobrepasan con facilidad, porque lo que hacemos en muchos casos es poner la sartén con aceite al fuego y esperar a que esté caliente, incluso que humee ligeramente.
Precisamente este humo indica claramente que se ha superado la temperatura recomendada, y es fácil que el aceite alcance los 200ºC. Otro mal uso que hacemos del aceite a la hora de freír es que reutilizamos el mismo para cualquier comida, o como mucho, reciclamos aparte el del pescado. Esto hace que la calidad de la fritura sea peor, ya que el aceite se va degradando con diferentes sabores y restos de otras comidas.
