Las albóndigas caseras son una receta que nunca falla y que conquista paladares de niños y mayores. A los más pequeños les encantan y siempre quieren más, y los adultos a quienes se las ofrezcas te van a dedicar una gran ovación. De hecho es un plato que se sirve mucho como tapa en algunos bares, con su salsa y su trozo de pan para acompañar un vino y una cerveza. Y por lo general siempre nos quedamos con ganas de más, igual que suele ocurrir con las croquetas. Sin embargo, podemos saciarnos con unas albóndigas caseras, que son mucho más sencillas de preparar de lo que solemos creer.
8DE GUARNICIÓN: PATATAS O ARROZ BLANCO
Estas albóndigas quedan perfectas acompañadas con unas patatas fritas, cortadas en dados, que cada comensal puede ir mezclando con la salsa en su plato. Otras opciones deliciosas como guarnición puede ser un puré de patatas, preferiblemente casero, o un arroz blanco, que queda delicioso impregnado con esta salsa de tomate. Las variedades más apropiadas de tomate natural para preparar salsas, son el tomate de pera o el de rama. Si necesitas contrarrestar el punto de acidez puedes añadir una cucharadita de azúcar en el momento de la cocción.
