Es la esencia de cocina más sencilla y de batalla, como muchos llaman. Se dice que el soltero lo primero que aprende es a hacerse un huevo frito, o que sólo sabe hacerse eso, o que cuando quieres indicar a una nulidad total culinaria, dices que «no sabe hacer ni un huevo frito». Sin embargo, tiene su ciencia, y más al ser un cocinado simple y básico, pero seña de identidad y manjar en tantos y tantos países, sobre todo España, donde adoramos la combinación con patatas fritas o chorizo frito. Veamos lo que más suele traer de cabeza al que casca un huevo y lo fríe: que no salte el aceite, para bien de tu piel y de la limpieza de tu fogón, placa y cocina.
7EL HUEVO FRITO PERFECTO
En resumen, y antes de ver los trucos para que no te salte el aceite, tengamos claras las claves para un huevo frito a tu gusto y de diez: Para las puntillas, deberías usar abundante aceite, para poder impulsar el aceite con la espumadera sobre la clara, haciendo que se dore. Si lo prefieres sin puntilla, puedes usar menor cantidad de aceite.
En cuanto a la yema, algunos prefieren la yema cuajada, por lo que tendrán que echar más aceite caliente sobre el huevo o dejarlo durante más tiempo a una temperatura más baja. Otros la prefieren líquida para mojar, en tal caso deberías hacer una fritura más rápida y evitar que le llegue demasiado aceite a la yema.