Es la esencia de cocina más sencilla y de batalla, como muchos llaman. Se dice que el soltero lo primero que aprende es a hacerse un huevo frito, o que sólo sabe hacerse eso, o que cuando quieres indicar a una nulidad total culinaria, dices que «no sabe hacer ni un huevo frito». Sin embargo, tiene su ciencia, y más al ser un cocinado simple y básico, pero seña de identidad y manjar en tantos y tantos países, sobre todo España, donde adoramos la combinación con patatas fritas o chorizo frito. Veamos lo que más suele traer de cabeza al que casca un huevo y lo fríe: que no salte el aceite, para bien de tu piel y de la limpieza de tu fogón, placa y cocina.
3¿Y LA SARTÉN?
No sólo para el huevo frito, sino para hacer tortilla de patatas o cualquier otra receta que requiera sartén, su calidad es importante. Lo ideal es usar una sartén compacta, que no tengan un tamaño demasiado grande. Eso es así porque el aceite que uses para el huevo frito debe tener cierta profundidad, más aún si quieres puntilla. En una sartén demasiado grande, el aceite se expande por todo el fondo y no saldría igual.
En cuanto al tipo de sartén, es importante que sea antiadherente, para que no se pegue. Y para ese tipo de sartén, deberías emplear una espumadera de silicona para cocina, así evitas usar una paleta metálica que pueda dañar la capa antiadherente de la sartén.