La planta de Ford en la localidad valenciana de Almussafes no está atravesando su mejor etapa. La fábrica está rivalizando por su holgada continuidad frente a la alemana ubicada en Saarlouis. Sin embargo, un giro repentino ha hecho que los valencianos recobren la ilusión. Ahora, ven más cercana la opción de ser ellos los elegidos para convertirse en los responsables de la fabricación de los vehículos eléctricos de la marca estadounidense.
La oportunidad de dar un golpe sobre la mesa la han encontrado en la vacante para implantar una gigafactoría de baterías. Esta alternativa está cobrando fuerza después de que las cláusulas impuestas por la Unión Europea impidan que el proyecto del PERTE se afinque en Martorell.
Ha sido en este momento cuando el Ayuntamiento de Almussafes ha propuesto a los integrantes de la Alianza Valenciana de Baterías, la Generalitat y fabricantes de automóviles como Volkswagen que consideren la opción de implantarla en la misma parcela donde actualmente opera Ford.
Según las instituciones, en estos terrenos aún quedan sin ocupar más de 75.000 metros. Es por lo que la factoría de baterías se podía ubicar aquí prometiendo un ahorro «de por vida» a la fábrica en costes logísticos. Estas ventajas son las que va a presentar Almussafes al Gobierno de España y a la Comisión Europea para decantar la balanza a su favor.
la gigafactoría de baterías podría inclinar la balanza para Almussafes
Esto es parte del apoyo que ha querido ofrecer el Ayuntamiento a la planta de Almussafes ante la disputa que tiene con la alemana. En Saarlouis, ya se movió ficha ofreciéndole acuerdos fiscales para seducir a la marca y que se decantase por ellos antes que por los valencianos.
ALIANZA FORD-VOLKSWAGEN
Esta proposición nace de la iniciativa del grupo Volkswagen de ubicar en la Comunidad Valenciana su fábrica de baterías. Para los máximos representantes de la región, ponerla en los terrenos donde también se encuentra Ford puede favorecer la alianza empresarial entre ambas y el futuro de la fabricación eléctrica.
Para el ayuntamiento, el porvenir de la gigafábrica de baterías y el de la factoría Ford Almussafes «no deberían articularse como dos dinámicas separadas, sino como un único objetivo estratégico». Además, añaden que «cuanto más se garantice la disponibilidad de baterías en un territorio, más probable resultará captar la adjudicación de nuevos modelos de fabricación eléctrica y viceversa».
Aunque esta propuesta ya estaba sobre la mesa en 2021, ha sido ahora cuando el Gobierno la está madurando más apresuradamente. Esto se debe a que Ford ha vuelto a presionar a los trabajadores de la planta española. En esta ocasión, les ha pedido una reducción salarial. Esta petición la ha realizado cuando estaban negociando el nuevo convenio laboral.
En concreto, propone prescindir de una mejora ya acordada para 2022: la revisión salarial con carácter retroactivo del IPC real, más un 0,5% adicional. Ello supondría un incremento de los sueldos del 7,2% que la empresa, inmersa en la reorganización de su negocio en Europa, ahora se quiere ahorrar.
Almussafes espera que todo esto sea suficiente para conquistar a Ford y que materialice allí su idea de producir y vender en Europa solo vehículos eléctricos a partir de 2030. Ambas plantas tienen hasta el 27 de enero de margen para seducir a la marca de coches para ser ellos la elegida. Con esta iniciativa, parece que los valencianos se han puesto a la cabeza. Hacerse con el plan de electrificación de la compañía es crucial ya que, aunque en un plazo medio de tiempo ninguna de las dos factorías va a cerrar, la realidad es que con la carga de trabajo que se espera la perdedora de esta lucha acabe en la misma posición que Nissan.