El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha confirmado hoy el rechazo del Ejecutivo español a la propuesta de la Comisión Europea de considerar como «verde» la energía nuclear y el gas, tal como planteó hace unos días en un borrador. Sánchez ha señalado que el Gobierno de España «se opone» a esta propuesta y que por el contrario apuesta por las renovables y el autoconsumo.
Mientras Sánchez siga al frente del Gobierno, la transición energética en España se desarrollará sin un mayor apoyo del gas y la nuclear a las que se seguirá penalizando, pese a que el cambio hacia el nuevo modelo energético verde será inviable sin un respaldo de las citadas fuentes, menos contaminantes que otros combustibles tradicionales. La política poco realista del Ejecutivo no contribuirá a acelerar la transición energética ni, mucho menos, ayudará a devolver los precios de la energía a niveles más razonables.
El Gobierno de España rechaza drásticamente a la intención de la UE de incluir en la taxonomía verde a la energía nuclear y al gas natural, como parecen haber consensuado ya (aunque tengan que disimular durante unos días) Alemania y Francia que, al final, son los estados miembro que mandan. Alemania, a sabiendas de que todos tendrán que ceder, no quiere la nuclear en esa taxonomía comunitaria, pero sabe que si quiere colar el gas, deberá pasar por el aro. Lo mismo ocurre con Francia, pero al contrario: desde París se ve el gas como energía contaminante, pero si quiere incluir la energía atómica tiene que transigir, y en esas están.
En medio del debate, España se reafirma de forma contundente: «Europa no puede dar pasos atrás calificando de energía verde lo que no es», ha indicado Sánchez en su intervención inicial en el Comité Federal del PSOE que se celebra este viernes en Madrid. El Gobierno de España se opone a esta propuesta», ha añadido.
Asimismo, ha asegurado que el Ejecutivo va a defender una «apuesta rotunda» por las energías renovables y por el autoconsumo de energías limpias que contribuyan a la mitigación del cambio climático.
En resumen, el presidente Sánchez no flexibiliza posiciones, ni siquiera, para escuchar otras opciones. De esta forma, el Gobierno español parece no enterarse de la coyuntura y se enroca en el no a todo, pese a no disponer de la energía local necesaria para poder generar la electricidad suficiente para responder a la demanda nacional y tenga que comprar energía nuclear a Francia al precio que sea y un volumen ingente de gas a Argelia y Rusia, a un coste aberrante.
EL BORRADOR DE LA COMISIÓN
El pasado sábado la Comisión Europea hizo circular un borrador de propuesta entre los estados miembros de la UE en la que se clasifica como «verde» la inversión en ciertos proyectos de energía nuclear o de gas natural.
La propuesta plantea dar la calificación de «verde» a los proyectos que sustituyan al carbón y emitan hasta 270 gramos de CO2 por kw/h, según el borrador. Con esta calificación se podrían obtener licencias de construcción hasta 2030, siempre que exista un plan para cambiar a energía renovable o de bajas emisiones antes de finales de 2035.
Así, la energía nuclear podría ser considerada «sostenible» siempre que las nuevas centrales que obtengan los permisos hasta 2045 cumplan una serie de condiciones para evitar un daño importante al medio ambiente y a los acuíferos.
ALZA DEL PRECIO DEL GAS Y LA ELECTRICIDAD
Por otro lado, Sánchez ha afirmado que frente a las tensiones de los precios mayoristas del gas y la electricidad, el Gobierno va a seguir apostando, en lo estructural, por la mayor penetración de las energías renovables, «que además de ser baratas son limpias».
Además, en el plano coyuntural ha reiterado que seguirán protegiendo a los consumidores más vulnerables al alargar la rebaja en la fiscalidad hasta la próxima primavera, para que «ni la industria ni los consumidores se vean gravemente afectados».