El jamón ibérico es uno de los productos más habituales en estas fechas. Todos los años se venden alrededor de seis millones de jamones y paletillas de cerdo, una cifra que se incrementa durante la navidad, donde se convierte en uno de los regalos estrella y en un bocado fundamental de las comidas y las cenas. En la actualidad se pueden compra en prácticamente cualquier supermercado, la mayor dificultad reside en saber elegir, especialmente si vamos a gastarnos bastante dinero porque queremos apostar por la mejor calidad. A continuación te dejamos algunas indicaciones que debes revisar para comprobar si una pieza es buena o mala.
5OBSERVAR LA CALIDAD DEL CURADO
Otra cosa en la que hay que fijarse es en que la pierna se vea homogénea tanto en el color como en la piel de la superficie. Tiene que estar arrugada, que es lo que provoca el proceso de curación, y también indica que la grasa está cerca de la carne. No deberían verse hendiduras o acanaladuras, porque esto podrían indicar que la carne esté resecada debido a un exceso de curado. Si se puede tocar la pieza, al apretar con el dedo este debería hundirse fácilmente. Cuando la piel cede, significa que la grasa es casi aceite, y, por lo tanto, es señal de que la pieza está muy bien curada y estamos ante un jamón ibérico de bellota.