En el ruidoso ecosistema mediático no parece factible respirar aire puro por el exceso de fakes políticas, editores hambrientos de clicks, supuestos sesudos informes que en realidad son publirreportajes, gurús del terraplanismo y pseudoinformativos que ejercen de vendedores de alarmas ‘antiokupas’.
Los modelos de negocio de los mass media seguirán siendo excesivamente dependientes de los poderes políticos y económicos hasta que los muros de pago sean tan sólidos que permitan sostener medios de comunicación que merezcan ser llamados como tal.
DIEZ HALLAZGOS
2021 nos trajo ‘repolitización’ de cadenas públicas, espacios rosas que amarilleaban por sentimentalismo y toneladas de seriales turcos. Pero, además, el año nos regaló diez buenos productos que pasamos a destacar:
-‘Lola’
La serie documental de Movistar+ en honor de Lola Flores entierra el mito del «ni canta ni baila» y nos muestra la consagración de un autor como Israel del Santo, que ha demostrado su talento en otros productos de la misma plataforma como ‘El Palmar de Troya’ o ‘El corazón del Imperio’. No se lo pierdan…
-‘1931’
Carlos Alsina se ha consagrado como padre de la resurrección de los seriales radiofónicos. Este género se extinguió en España conforme a la libertad que provocó la muerte de Franco permitió trocar ‘entretenimiento ligero’ por información, en muchos casos tan ligera como el radioteatro.
Y ahora ha vuelto con grandes productos como los que encabeza la estrella de Onda Cero, que este año ha impulsado ‘1931’ (sobre la restauración de la República española) y ‘Annual, 1921’ (sobre un desastre que saca las vergüenzas del bisabuelo del actual jefe del Estado). Tomen nota…
-‘Telediario 2’
Resulta sorprendente que el aumento del control político en RTVE no haya afectado ni un ápice al ‘Telediario 2’, que bajo la batuta de Carlos Franganillo (y con Luis Poyo en la edición) ha mantenido el rigor y la independencia.
Los informativos de la pública sufren horas bajísimas en términos de audiencia, pero hay que alabar que siga habiendo un informativo como el ‘TD2’ que siga apostando por secciones inexistentes en los noticieros de las privadas como Internacional o Cultura.
Franganillo ha apostado por dotar a los informativos por antonomasia de nuevas técnicas narrativas que conjuga con salidas fuera de Torrespaña. Este año el ‘Telediario 2’ se ha emitido desde la Gran Vía (para abordar el primer aniversario de desencadenarse la crisis de la covid), un pueblo de la ‘España vaciada’ (desde donde abordó los problemas de la España silenciada), el Congreso de los Diputados (a cuenta del 40 aniversario del 23F) o La Palma (para seguir de cerca la catástrofe que ha provocado el volcán).
-Radio Marca
Paradójicamente, Radio Marca nunca ha tenido muy buena prensa. La radio temática deportiva ha sido tildada en muchas ocasiones de «ultramadridista», «frívola» o «escasamente rigurosa». Pero en su 20 aniversario ha apostado por renovar su parrilla con espacios como ‘La Pizarra de Quintana’, que en tres meses ha demostrado que se puede hacer radio deportiva sin bufandeo ni estridencias.
Al éxito de los ‘pizarritas’, primoshermanos de los ‘panenkitas’, se le suma el extraordinario podcast cocinado por Pablo Juanarena, al que le deben un Premio Ondas por un sobresaliente producto llamado ‘Saludos cordiales’… que muestra la falta de ética que reinaba en los noventa en emisoras como la SER. Quizá por eso no se lo han dado.
Sea como fuere, este producto de Radio Marca demuestra el gran nivel del podcasting español gracias a productos como ‘Estirando el chicle’, ‘El sentido de la birra’, ‘Deforme semanal’ o ‘La libreta de Van Gaal’.
-‘Ruiz-Mateos: el primer fenómeno viral’
Tiene mérito que plataformas autóctonas como Atresplayer, Filmin, Flixolé o Mitele sobrevivan ante el boom de las OTT estadounidenses, que disfrutan de una asimetría legal que les permite no pagar los impuestos ni realizar las inversiones a las que las primeras son obligadas.
Cabe destacar el gran trabajo de RTVE con su nueva plataforma, RTVE Play, que se ha sumado al fenómeno nostálgico de las OTT. Este año Netflix y HBO han apostado por restaurar con acierto los linchamientos mediáticos que sufrieron Nevenka Fernández o Dolores Vázquez. Y la pública también nos ha mostrado un retrato menos reivindicativo que los anteriores, pero igualmente interesante: ‘Ruiz-Mateos, el primer fenómeno viral’, de Roger Gual.
Esta serie documental demuestra que la pública estatal, muy seguida por los niños del Clan y los abuelos que ven La 1, se está reconciliando con franjas de edad que le han sido alérgicas: los adolescentes, con el saludable ‘GenPlayz’ conducido con acierto por Inés Hernand, y la gente ‘de mediana edad’ con productos como el que sigue la montaña rusa vital de Ruiz-Mateos.
-‘Late Motiv’
Resulta altamente probable que ‘Late Motiv’ no generase en Movistar+ el impacto esperado en términos de altas, visionados, influencia, conversación social o publicidad. También es evidente que la renovación al alza de ‘La Resistencia’ le complicaba la renovación en idénticos términos a los contractuales.
Aun así, la televisión española perderá calidad tras el adiós de Andreu Buenafuente, que no es el mejor monologuista ni entrevista especialmente bien. Pero lleva un cuarto de siglo empeñado en iluminar las madrugadas televisivas con un género que en España pervirtieron Pepa Navarro o Xavier Sardà: el late show, que se consagró hace medio siglo al otro lado del charco bajo la conducción de Johnny Carson.
‘Late Motiv’ en cinco años ha generado talento cómico y ha promocionado la cultura, con especial sensibilidad hacia el mundo musical. Quizá su sitio tendría que ser una pública, si es que el dinero de las públicas no sirvieran para pagar al millonario jurado de ‘MasterChef’; a los pícaros de ‘Cuéntame cómo pasó’; al padre de Torrente, el brazo listo de una offshore en Chipre; o a Bertín Osborne, español con sucursales en Luxemburgo y Panamá.
Es cierto que la Televisión Canaria, con su extraordinaria cobertura sobre la crisis de La Palma, ha demostrado que también sirven para hacer mucho bien.
-‘Hora 25’
La Cadena SER llevaba demasiado tiempo sin practicar el ejercicio que la convirtió en lo que fue: la promoción interna. Y es que los adioses de Iñaki Gabilondo, Carlos Llamas o Paco González eran cubiertos con fichajes externos como Carles Francino, Àngels Barceló, Pepa Bueno o Manu Carreño, que dejaban en el banquillo a Pedro Blanco, Roberto Sánchez, Miguel Ángel Oliver o Jesús Gallego.
Han tenido que pasar demasiados años para que la SER vuelva a confiar un producto de primer nivel a una persona criada en la casa, tal y como hizo cuando Javier del Pino asumió con extraordinario ojo ‘A vivir que son dos días’. Y lo ha hecho con el ascenso de Aimar Bretos en ‘Hora 25’, que en las próximas semanas cumplirá cincuenta años de vida.
El sosegado Bretos aporta su mirada supuestamente inocente ‘escuela Jordi Évole’, ha apostado con acierto por una mesa plural llamada Ágora (en la que se sientan Pablo Iglesias, Carmen Calvo y José Manuel García-Margallo) y realiza a diario unas soberbias entrevistas (a personajes como Juan Luis Arsuaga, De la Morena o Santiago Alba Rico).
-‘Venga Juan’
La comedia política o relacionada con temas de actualidad disfruta de buena salud en sus múltiples géneros: Facu Díaz anima las mañanas en Twitch con ‘Buenos días in the morning’, Héctor de Miguel ha dado en la tecla con el nuevo informativo satírico ‘Hora veintipico’ y Ángel Martín digiere un torrente de información que expulsa en su cuenta de Twitter en solo cinco minutos.
También camina en la buena dirección, en este caso en ficción, lo nuevo de ‘Vota Juan’ que ha lanzado HBO Max. La serie dirigida por Diego San José y protagonizada por Javier Cámara nos regala cómo paladea el triunfo un perdedor como Juan Carrasco. Y el resultado de los primeros capítulos de la tercera tanda es notable.
-Tendencia en los nuevos medios escritos
La irrupción en nuestro país de varios periódicos en los últimos meses es síntoma de que la prensa escrita, se suponía que en extinción, proyecta ciertos síntomas de vitalidad.
El Periódico de España, The Objective, El Debate o Inversión (del Grupo Merca2), cada uno con sus singularidades, líneas editoriales y bautismos más o menos acertados, parecen querer apostar por tratar a lector como un adulto, en vez de advertirlo como un imbécil esclavo de sus instintos primitivos que anda sediento de virales. No está mal.
Tampoco lo está ver de dónde venimos. Y en las librerías podrán encontrar dos testimonios escritos en primera persona que han sido lanzados en 2021: ‘El camarote del capitán’ de Màrius Carol, más interesante como relator que como director de un medio tan ligado al establishment como La Vanguardia, y ‘Palabra de director’, de Pedro J. Ramírez.
Este segundo libro, editado por el Grupo Planeta (ahí es nada), ofrece una amena colección de anécdotas (muchas de ellas anteriormente reveladas), que sirven, si se contraponen obra y realidad, para hacerse una composición de tiempo y lugar sobre los últimas cuatro décadas en la España bipartita, coronada… y olé.
-‘Un país para reírlo’
La 2 ha cumplido en silencio sus primeros 55 años de vida. El canal de la inmensa minoría sigue siendo marginado por la cúpula de una Corporación pública que se cree que este proyecto debe ser un contenedor de enlatados con maratones en sobremesa de animales, documentales sobre la II Guerra Mundial (que son más baratos y menos polémicos que realizar propios sobre la historia española), conciertos a horas intempestivas y espacios heterogéneos ‘para cumplir’ (un programa de toros, una eucaristía católica, un espacio sobre medioambiente, otro sobre senderismo…).
También es cierto que La 2 sigue cumpliendo su función social y disfruta de una digna programación cultural con espacios como ‘Historia de nuestro cine’, ‘Saber y ganar’, ‘Versión española’, ‘Página 2’, ‘Días de cine’ o el nuevo espacio de entrevistas ‘La matemática del espejo’ con Carlos del Amor.
Entre las novedades del canal también hay que destacar una docuserie estrenada el pasado curso, ‘Un país para reírlo’, que de la mano de Goyo Jiménez ayuda a comprender la diversidad de las Españas mediante el acercamiento a sus múltiples acentos. Chapeau.