viernes, 22 noviembre 2024

El covid da la estocada al dudoso negocio de Carlos Sainz con los karts

Cada vez son más los deportistas que, conscientes de que su etapa profesional es corta, se inmiscuyen en el mundo empresarial para sacar rentabilidad al dinero que han generado en su trayectoria. Andrés Iniesta o Fernando Alonso son algunos ejemplos. Carlos Sainz, a pesar de que sigue en activo a sus 59 años, emprendió uno de sus negocios hace más de dos décadas: dos de los circuitos de karts más famosos de España.

La empresa, constituida más concretamente el 1 de octubre de 1999, se denomina Driver karting S.L. Es el propio Carlos Sainz el que figura como presidente desde entonces, aunque está respaldado por otros nombres como el de Jesús Ángel Pareja (vicepresidente y consejero delegado). El gran problema del bicampeón del Dakar es que, a pesar del tirón de su nombre, el negocio tocó techo en 2008. Desde entonces las cifras dejan claro que es un proyecto poco rentable.

CASI UNA DÉCADA DE PÉRDIDAS PARA CARLOS SAINZ

La última vez que la empresa de Carlos Sainz generó beneficios fue en 2011, cuando registró unas ganancias de casi 30.000 euros. En 2013 se produjo su peor dato, con unos números rojos de 200.000 euros. Eso sí, con un gasto de aprovisionamiento que cada año roza esa misma cifra. Desde entonces, aunque de forma casi imperceptible, sus karts habían remontado el vuelo (a excepción de 2018). El covid, ahora, ha sido todo un mazazo para el campeón de rallies.

Carlos Sainz ingresó en 2020 la mitad que el año anterior

Como le ha sucedido a muchos otros empresarios, la pandemia provocó el cierre de su negocio durante muchos meses y eso se ha notado en un 2020 donde ingresó 1,6 millones de euros, casi la mitad que el año anterior. Un dinero insuficiente para hacer frente a los más de 700.000 euros que se gasta en sus 33 empleados o a los más de 300.000 euros que ha perdido por el deterioro de material.

El activo de Driver karting S.L. refleja claramente cómo el negocio se ha venido abajo poco a poco desde hace más de una década. En 2008 rozaba los cinco millones de euros y en 2020 estaba por debajo de la mitad. Algo muy similar a lo que sucede con el patrimonio neto.

EL NEGOCIO DE CARLOS SAINZ, MÁS QUE DOS CIRCUITOS DE KARTS

La empresa de Sainz, dedicada a la «gestión de instalaciones deportivas» no se limita únicamente a los karts. Aunque esa es la actividad principal de sus dos complejos ubicados en Las Rozas y el paseo de la Ermita, hay mucho más. Eventos, reuniones de empresas, presentaciones de productos… Sus complejos sirven para todo, de ahí que el efecto negativo del covid se haya palpado más.

En la página oficial, más allá de promocionar las habituales tandas que ofrecen los circuitos de karts, Carlos Sainz abre sus puertas a otras experiencias. Campeonatos, cursos y hasta campamentos. Estos últimos, detenidos desde la aparición del Covid-19, ofrecen muchas cosas más allá del motor: aprender inglés, golf, cocina, tiro con arco… Mucha oferta, pero, según los datos, una escasa demanda. Ahora el problema del piloto es revertir estos números de cara al futuro.

UN PLAN DEMASIADO CARO

Los éxitos de Carlos Sainz en el Mundial de Rally y los dos Mundiales de Fernando Alonso hicieron crecer el fervor por el automovilismo, también a nivel de ocio. Pero la crisis económica de 2008 lo frenó todo. Y ahora precisamente nos encontramos en otro momento delicado. No se trata precisamente de una actividad de bajo coste y larga duración, más bien todo lo contrario.

Los precios de los karts de Carlos Sainz no son nada desorbitados, pero no por ello se erigen como una actividad asequible. Ir al cine o a visitar un museo resulta mucho más económico para una actividad de fin de semana que los 34 euros que cuestan tres tandas de 10 minutos, tanto en Las Rozas como en Madrid. La ‘1 sesión adulto’, lo más barato que ofertan, tiene un coste de 17 euros para un divertimento que tan solo dura diez minutos.

Una oferta corta, que no es barata, a un nicho de la población cada vez más reducido. El colchón económico de Carlos Sainz es importante, y la recuperación tras el Covid-19 debería ser evidente. No obstante, los números antes de la pandemia ya eran como para preocuparse. Desde luego, su negocio con los karts es cuanto menos dudoso.


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