La actividad del Puerto de Algeciras, el primer puerto de España y del Mediterráneo por tráfico de mercancías, está en juego. La ambición verde de la Unión Europea amenaza con hundir una infraestructura primordial para Europa, en beneficio del Puerto marroquí de Tánger Med que, desde su inauguración en 2007, no ha hecho más que aumentar su negocio, gracias a millonarias inversiones públicas y privadas. El control europeo de emisiones de CO2 de los buques desviaría el 60% del transbordo del Puerto de Algeciras al hub de Tánger-Med (Marruecos), a escasas 14 millas, en la otra orilla, pero fuera del ámbito territorial europeo.
La pérdida de la conectividad del Puerto de Algeciras afectaría a más de 1.600 empleos directos y podría suponer pérdidas de más de 300 millones de euros, a la vez que supondría una gran traba a las empresas andaluzas especialmente a la hora de importar y exportar mercancías.
Manuel Piedra, presidente de Asociación de Empresas de Servicios de la Bahía de Algeciras (AESBA), reconoce en declaraciones a MERCA2 que «el Puerto de Algeciras, al igual que otros puertos del sur de Europa, vería mermada su competitividad, pudiéndose exponer a la pérdida de hasta un 60% de su tráfico de tránsito de contenedores».
Esto ocurrirá si se implementan las propuestas para la modificación de la Directiva actual de la Comisión Europea, integradas en el Pacto Verde Europeo (Green Deal). Esas dos propuestas, denominadas ETS (Emissions Trading System) y FUEL UE, plantean medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del transporte marítimo en un 55% para el año 2030.
La política europea hace más competitiva a la industria, empresas e infraestructuras de Marruecos
Estas medidas están integradas en la acción conjunta presentada hace unos meses por la Unión Europea bajo la denominación de Fit for 55 y, por eso, el pasado verano, la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras (APBA) y las asociaciones empresariales del Puerto de Algeciras, mantuvieron un encuentro con la secretaria general de la Organización de Puertos Europeos (ESPO), Isabelle Ryckbost, a la que trasladaron la preocupación existente.
Tanto desde el Puerto de Algeciras como desde ESPO quedó clara la conformidad con los objetivos climáticos del Green Deal, pero también los devastadores efectos económicos que la aplicación de la propuesta inicial tendría a este lado del Estrecho de Gibraltar.
Según Piedra, «se están proponiendo diversas medidas que deberán definirse en detalle antes de su presentación en el Parlamento Europeo. Una de ellas consistiría en que el reporte anual de emisiones de los buques no haga distinción entre determinados puertos, en función de su actividad y condición de país vecino no miembro de la Unión Europea».
TRES PROPUESTAS CONSENSUADAS
Desde entonces, a través de reuniones y jornadas, la Autoridad Portuaria de Algeciras ha llevado a cabo una incesante actividad de sensibilización del sector que acaba de concluir con la presentación de alegaciones, informes y varias propuestas de medidas encaminadas a reducir las emisiones de carbono.
Las medidas propuestas a la UE, que buscan complementar y hacer más justas las promulgadas por el Pacto Verde, van en tres líneas principales: ajuste post emisión, exención para los puertos de transbordo o inclusión de puertos de terceros países en el sistema.
El Puerto de Algeciras se alinea con esta tercera vía considerándola como la más eficiente para equilibrar el sistema, si bien puede chocar con la legalidad, ya que parece difícil que las navieras acepten que se pueden incluir a países de fuera de la UE en esas medidas, sobre todo si ven factible un ahorro en sus servicios.
MARRUECOS SE FROTA LAS MANOS
Para los puertos del sur de Europa sería dramático que se implementaran las medidas previstas para reducción de emisiones en el transporte marítimo, especialmente para el Puerto de Algeciras. Los buques que quisieran hacer escala en Algeciras tendrían que pagar por la emisión de CO2 a la atmósfera unas tasas que en otros países de fuera de la Unión Europea no deberían pagar.
Y es ahí donde entra en juego Marruecos. El reino alauita se frota las manos con la política verde de la UE, porque sus efectos hacen más competitiva a la industria, a las empresas y a las infraestructuras marroquíes. En este caso, el gran beneficiado sería el Puerto de Tánger Med, una de las infraestructuras más importantes en la actualidad para el país norteafricano y que se encuentra a tan solo 16 millas náuticas de Algeciras.
El ETS es la iniciativa que más perjudicaría al Puerto de Algeciras en beneficio del Puerto de Tánger Med, y pasa por la inclusión en un plazo que va desde 2023 a 2026, de los buques mercantes en el régimen de comercio de derechos de emisión de la UE. El mismo sistema que se aplica a las industrias desde 2005 y al transporte aéreo desde 2012. El mismo mercado del CO2 que está siendo pasto de la especulación y que hace que suba el precio de la luz, y que muchas industrias españolas hayan tenido que hacer parones en su producción o estén pensando en cerrar porque han perdido competitividad.
Tánger Med ha superado este año ya en volumen de actividad al Puerto de Valencia, y es competencia directa del Puerto de Algeciras en el negocio del transbordo de contenedores en el Estrecho de Gibraltar. Si a la mano de obra barata que ofrece el norte de África, le unimos que Marruecos está fuera de la Unión Europa y de sus normativas, la competitividad de la infraestructura marroquí aumenta por momentos.
De hecho, desde Algeciras se mira con cierta envidia el interés que muestra el Gobierno de Marruecos por su puerto de Tánger, mientras se sufre la desidia y el ilógico desinterés del Gobierno de España por potenciar una de sus infraestructuras más importantes.
PACTO VERDE EUROPEO: SÁLVESE QUIEN PUEDA
El Pacto Verde Europeo (Green Deal) es igual de positivo para el medio ambiente, que nefasto para muchas empresas, infraestructuras y, en definitiva, para muchos sectores fundamentales para la economía de los países, especialmente de España.
Nadie duda de las buenas intenciones y de los esfuerzos de la Unión Europea por cuidar el medio ambiente y contaminar cada vez menos de manera progresiva. Pero ese ímpetu debería ir en consonancia con el mantenimiento de la actividad productiva de los países y, sobre todo, servir para cuidar el medio ambiente, sin desproteger el trabajo de miles y miles de ciudadanos.
Manuel Piedra es muy claro en su percepción de la situación, «consideramos que el Green Deal es un proyecto necesario y Europa ha de dar ejemplo, puesto que nos enfrentamos a un gran problema derivado del cambio climático, pero, de igual forma, las medidas diseñadas han de ser sostenibles y efectivas en todos sus aspectos, evitando distorsionar el principio de libre competencia, ni la propia competitividad de los puertos del sur de Europa frente a países vecinos no miembros de la UE, y máxime cuando se está propiciando la destrucción de empleo estable y la propia actividad económica y el comercio exterior del país».
MEDIDAS INEFICACES PARA EL MEDIO AMBIENTE
Además, las medidas deben ser realmente «efectivas en su objetivo de reducción de emisiones, de lo contrario, solo se trasladaría el problema a unos kilómetros de nosotros, creando una especie de paraísos del carbono, cuando la atmósfera es la misma para todos», afirma el presidente de la Asociación de Empresas de Servicios de la Bahía de Algeciras.
Y aquí radica principalmente la incongruencia de las medidas de la UE tal y como están pensadas, porque con las mismas, en ningún caso se evitaría la emisión de CO2 a la atmósfera de esos buques que en vez de hacer el trasbordo de contenedores en Algeciras lo hicieran en Tánger. Los buques contaminarían lo mismo, pero se ahorrarían mucho dinero por las penalizaciones a los puertos europeos frente a los de fuera de la UE. El daño al medio ambiente sería el mismo, pero el daño a la economía española sería irreversible.
Según exponen los propios operadores de la terminal de Algeciras, un incremento del coste del 15% ya impulsaría a las compañías de contenedores a variar sus rutas hacia el puerto equivalente más barato y un aumento del 25% casi les obligaría a trasladarse, para no tener que encarecer sus servicios en un porcentaje tan elevado.