Las criptomonedas se han convertido en el ‘trending topic’ de este año. Siguen creciendo, y son en el activo de inversión preferido de los más jóvenes. En el mercado criptográfico hay varios actores que hacen que todo fluya. No se resume únicamente en inversores y activos, también hay empresas puente como Bitnovo que acercan las criptomonedas a las personas. Digamos que es el enlace entre el mundo tradicional y el mundo de los criptoactivos.
Bitnovo es una startup española, la cuál tiene por objetivo facilitar el acceso a las criptos y su uso. La compañía capitaneada por Marcos Muñoz es una de las más importantes dentro del sector. Prueba de ello es que en tan sólo un año han elevado su facturación por encima del 66%, hasta los 50 millones de euros, según las estimaciones de la compañía.
Javier Castro-Acuña, ‘business controller’ de Bitnovo ha hablado en Inversión.es sobre la actualidad del mercado criptográfico. Regulación, volatilidad, inversión, crecimiento…son algunos de los conceptos que son una constante en el mundo de las croptomonedas.
«LAS CRIPTOS SON UNA EVOLUCIÓN EN EL DINERO»
Los criptoactivos se han hecho un hueco en la economía global. Son el activo de inversión favorito de muchas personas, sobre todo de los más jóvenes. Javier Castro-Acuña considera que «la gente se empieza a dar cuenta de que su dinero se diluye en una masa monetaria que crece sin control», y es por ello por lo que la sociedad pone su mirada en las criptos. Con estos activos «la gente se da cuenta de que no depende de una entidad centralizada, es una evolución en el dinero, y todo ello ha conllevado a que el valor de las criptomonedas haya crecido en el último año», expresa Castro-Acuña.
HABRÁ MENOS VOLATILIDAD CUANTA MÁS MASA DE GENTE HAYa
Para muchos, las criptomonedas son activos que han venido para desvirtuar las economías nacionales. La realidad es que el Bitcoin nació para revolucionar, para romper con los esquemas económicos, y por el momento, lo está logrando. «No sé si son una amenaza. Los bancos lo que van a hacer es abrazar a esta nueva de almacenar y ofrecer valor. Las entidades bancarias terminarán comprando empresas critpos o desarrollando sus propios módulos de criptomonedas», explica Javier Castro-Acuña.
Hoy por hoy, las criptomonedas son algo común. Los bancos no temen a estos activos, y, además, ven en ellos una oportunidad de modernizarse y adaptarse a lo que ya es una realidad financiera. Bitcoin ya tiene un estatus similar al de el euro o el dólar. La prueba de ello es que se convirtió en moneda de curso legal en El Salvador. Por lo que quizás, lejos de ser una amenaza, es una oportunidad de digitalizar y adaptar las economías nacionales. «Poco a poco, las criptomonedas van a convivir con el dinero fíat”, añade Javier Castro-Acuña.
LAS CRIPTOMONEDAS NO TIENEN BARRERA
Por ahora, el crecimiento de las criptomonedas es imparable. Han penetrado en las economías de los países, y han venido para quedarse. Lo que comenzó siendo un activo de inversión diferente, ya son una realidad para cientos de países. Los expertos no ven el techo de las criptos. «Es muy difícil decirlo. El bitcoin tiene valor porque se usa, entonces cuanta más gente entre en este mundo y mayor sea la adopción, crecerá el valor», explica el ‘business controller’.
Las criptomonedas no son simplemente un activo de inversión. Muchos ven en ellas una opción para sustituir al dinero tradicional. Las monedas electrónicas son el reflejo de la economía moderna, y «son los países que no están totalmente bancarizados los que mayor adopción tienen de las criptos», expresa Javier Castro-Acuña. Lo cierto es que Estados Unidos o países centroeuropeos consideran a las criptomonedas un vehículo de inversión, mientras que los Nigeria, Venezuela o Argentina, entre otros, lo ven como una opción seria para redirigir la economía, y ofrecer una nueva opción de pago, o modo de ahorro a la población.
LA REGULACIÓN FAVORECE A BITNOVO Y AL INVERSOR
Ante el crecimiento del mercado criptográfico y la imposibilidad de las instituciones por frenar el impacto de las criptomonedas, muchos consideran necesaria la entrada de un marco regulatorio. Y es que este mercado está poblado de cientos de personas que no confían con totalidad en las criptomonedas. Lo ven como un bien especulativo, y un escaparate para los estafadores. Aún eso, Javier Castro-Acuña considera que «el Bitcoin se regula sólo. Es libre, sin barreras, accesible para todo el mundo. Sabemos cuantos bits se van a emitir este mes, en cambio desconocemos cuantos dólares va a lanza la reserva federal. Es un mercado más transparente que la red financiera tradicional».
«PROHIBIR LAS CRIPTOMONEDAS ES como prohibir internet»
A pesar de ello, el directivo de Bitnovo expresa que «lo que tiene que estar regulado son las plataformas que dan acceso a las criptos». «De esta forma podremos estar en igualdad de condiciones con empresas que sí están reguladas«, añade Javier. Además, es uno de los mecanismos que le darían mayor solidez a un mercado que cuenta con varios escépticos. «Con regulación, todos estaríamos más protegidos. La gente que tiene miedo dejaría de tenerlo», añade el business controller.
CUESTIÓN DE PERSPECTIVA
El mercado de las criptomonedas no atraviesa su mejor momento. Este último mes ha valido para ver como Bitcoin, Ethereum o Cardano perdían valor. A pesar de ello, el directivo de Bitnovo considera que el mercado sigue sumido en una tendencia alcista. «Todo es cuestión de perspectiva. Si miramos un año atrás, el Bitcoin estaba en 13.000, 14.000 dólares…», explica Javier.
«Si fuese un bróker y la bolsa cae un 5%, es una locura, sin embargo, aquí sube un 5% en una hora y no pasa nada. En bitcoin es normal», añade Javier Castro-Acuña.
Las criptomonedas son una realidad. Cuentan con margen de crecimiento, y cada día son más los interesados en este activo. La volatilidad, para bien o para mal, es uno de los grandes atractivos de estas monedas electrónicas. Los inversores ven en ellas una posibilidad de obtener rentabilidad, y cada día son más los países que se plantean incluir al bit en sus economías. El futuro de la economía ya está aquí.