viernes, 22 noviembre 2024

El sabor del otoño: de los puestos de castañas asadas al almíbar gourmet

El castaño es un árbol que históricamente ha provisto a la sociedad de alimento, y no solo por la castaña (alimento básico hasta la llegada de la patata), sino también por los hongos (como uno de los principales hábitats productores) y la miel. Además, el castaño ha supuesto una tradicional fuente de energía (en forma de leña), un valioso material de construcción (madera) y sus taninos se han usado como curtientes. Y todo, sin olvidar el paisaje que conforma y la biodiversidad que alberga. Ni, por supuesto, el sabor del otoño que llega tanto desde los puestos de castañas asadas de la calle, como en forma de castaña en almíbar que se vende en salones gourmet.

Desde el punto de vista nutricional, la castaña no presenta alérgenos y es uno de los frutos más ricos en hidratos de carbono, a la vez de los menos calóricos y, por su carácter saciante, de los más recomendables en dietas de adelgazamiento, también por su bajo porcentaje en grasas. Además, su consumo es saludable desde un enfoque terapéutico. Su alto contenido en vitaminas del grupo B y sales minerales hacen de las castañas un complemento ideal para deportistas o personas con ciertas carencias alimenticias.

Desde un punto de vista económico, el sector de la castañicultura en España, «está viviendo en la actualidad bajo una doble coyuntura: por un lado, una tendencia creciente en el interés sobre la actividad y el producto y, por otro, unas afecciones fitosanitarias que limitan su desarrollo», explica a MERCA2 Roberto Rubio, responsable del Área Forestal y de Recursos Naturales del Centro de Servicios y Promoción Forestal y de su Industria de Castilla y León (Cesefor).

«Bajo una óptica integral el castaño puede ser un revulsivo económico del medio rural»

El también representante de la Mesa del Castaño y de la Red Estatal del Castaño explica que «la demanda de los productos asociados a la Castanea Sativa es creciente y la capacidad del mismo en generar recursos ha hecho que la castañicultura se presente como una alternativa de desarrollo económico en aquellos lugares del medio rural donde es característica y represente una oportunidad clara para los objetivos de desarrollo en la lucha contra la despoblación del medio rural».

«Cada año pequeñas iniciativas de transformación y diversificación del producto se implantan en las zonas de castañares y cada vez son más los productores que buscan aportar al producto final calidad y dar valor añadido», señala Rubio. Además, «contamos con una importante industria de primera transformación y empresas comercializadoras de primer orden que ponen al producto nacional en los principales mercados internacionales, posicionando, tanto a la castaña fresca como a la transformada, en la oferta exportadora de productos de alta calidad».

LOS RETOS DEL SECTOR

Sin embargo, no son pocos los desafíos que se ciernen sobre los castaños españoles. El sector se enfrenta a las afecciones fitosanitarias como el chancro, la tinta, la avispilla sobre el árbol o las afecciones al fruto, que demandan soluciones que permitan ofrecer este preciado fruto en cantidad y calidad al consumidor. «Estas afecciones, están limitando la producción de castaña, debido al desánimo que generan al castañicultor por los efectos de las mismas, a veces secando los castaños y otras con las pérdidas de cosecha que impiden el desarrollo potencial de la actividad», explica el experto.

castana el bierzo Merca2.es

El sector de la castañicultura presenta unas externalidades positivas para la sociedad que no se ven recompensadas ni por el precio del producto, ni por las ayudas que el sector ha recibido hasta la fecha, salvo en contadas excepciones o limitadas a la nueva plantación de castaños.

«La elegibilidad del castaño en la PAC fue un logro de la Red Estatal del Castaño», recuerda Rubio. No obstante, «percibir ayudas que contribuyan a mitigar las pérdidas por la afección de la avispilla, tal y como reciben los castañicultores franceses podría ser clave para nuestro sector si se tienen en cuenta las singularidades del mismo, una de ellas, por ejemplo, el marcado minifundio de noroeste peninsular».

Por todo ello, «las políticas futuras de las que sea beneficiario el sector y recoja su contribución a la sociedad por los múltiples servicios ambientales que presta, se deben articular bajo las premisas de conservar y producir. Servicios tales como paisaje, biodiversidad, patrimonio natural, fijación de CO2, pero sin olvidar el patrimonio cultural asociado a las múltiples manifestaciones como son los magostos, calbotes o amagüestus o las construcciones tradicionales como las oriceiras o sequeiros».

PRODUCCIÓN DE CASTAÑAS EN ESPAÑA

Durante 2020 se han producido en Castilla y León 8.390 toneladas de castañas de las que un 81%, es decir, 6.760 toneladas, se han recogido en la provincia leonesa. Respecto a la superficie, de las casi 28.500 hectáreas de plantaciones de castaños que se ubican en Castilla y León, más de 19.000 hectáreas están en la comarca leonesa del Bierzo.

En España, las principales áreas productoras de castaña se encuentras en Galicia (70.000 hectáreas), Castilla y León (29.000 ha), Andalucía (9.000 ha) y Extremadura (3.000 ha) según datos de 2020 de la Red Estatal del Castaño. En 2019, la producción en España alcanzó las 25.500 toneladas. En 2018, las exportaciones alcanzaron las 13.100 toneladas por valor de 25 millones de euros, de las que el 25% se exportó a Italia, el 13,1% a Francia, el 7,4% a Portugal y el 1,4% a Alemania, según las mismas fuentes.

En Galicia, la IXP (indicación xeográfica protegida) avala su calidad. El Bierzo (León) ofrece una Marca de Garantía.

EL TRIUNFO EN LA NUEVA COCINA

En la Edad Media la castaña fue un alimento de primera necesidad para los más humildes, que lo usaban incluso en forma de harina para hacer pan cuando no disponían de trigo. La castaña ha pasado de las mesas de los comensales en los hogares más modestos a las recetas de la alta cocina.

En la actualidad, las castañas se presentan frescas, cocidas al natural y peladas en lata, al vacío y, aunque es menos común, también congeladas y, por supuesto, asadas en los puestos de las calles de cualquier ciudad española.

Los productos más demandados que se elaboran con el fruto del castaño son la mermelada, el puré, el relleno de aves y, el postre estrella, el marrón glacé: castañas confitadas en almíbar y clara de huevo.

En las zonas dónde es característica se han desarrollado diferentes modelos de negocio que basan su éxito en la producción, transformación y comercialización de la castaña. Entre las empresas punteras destacan Castañas Ribada en Balboa (León), Castañas El Común (Cáceres), Alibós Galicia SL Monterroso (Lugo), Auriensis Selectum SL- Souto da Trabe (un proyecto sostenible de castaña y boletus en Ourense).

El evento anual más importante de promoción y transferencia del conocimiento en el sector es la Feria Internacional de la Castañicultura de El Bierzo, conocida como ‘Biocastanea’, que ha celebrado el pasado mes de noviembre su décimosegunda edición.


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