Ence reclama más biomasa para «desplazar» al gas y blindar la economía

No sólo mantiene su apuesta firme por la biomasa como fuente de energía, sino que, Ence Energía y Celulosa reclama más peso de esta tecnología para ir minando el protagonismo inusitado del gas en el mercado eléctrico y la fuerte dependencia energética exterior que tan cara le está saliendo a España.

Pese a que el cambio hacia un modelo descarbonizado estará liderado por la fotovoltaica y la eólica, el complemento de la biomasa es ineludible, no solo por la disposición de generar valor añadido en territorios muy diferentes, sino porque a diferencia de otras tecnologías renovables, la biomasa produce electricidad 100% gestionable, más allá del almacenamiento. En este sentido, Ence es uno de los exponentes de la realidad imparable de la biomasa, y no sólo para usos térmicos.

Así lo ha puesto de manifiesto, una vez más, José Ángel Castro, director de Ingeniería Energética y Gestión de Energía de Ence, durante su intervención en la quinta edición del Congreso Nacional de Energías Renovables organizado por APPA.

España es la segunda potencia agrícola y la tercera forestal de la Unión Europea y «DEBE aprovechar estos recursos»

En palabras de Castro, «un mix renovable equilibrado y un mayor peso de la biomasa puede ayudarnos a ir desplazando a las centrales de ciclo combinado y ser cada vez más independientes de los precios del gas». En este sentido, «es necesario apostar por tecnologías que nos permitan aprovechar recursos con los que contamos sobradamente en España: viento, sol y biomasa, para alcanzar un mix balanceable, con peso en las renovables, y gestionable», añadía.

LA TERCERA POTENCIA FORESTAL DE EUROPA

En la misma línea, Felipe Torroba, CEO de la División de Energía de Ence ha recodado que España es «la segunda potencia agrícola europea y la tercera potencia forestal de la Unión Europea», e insiste en que ambos sectores ofrecen «recursos renovables que debemos aprovechar porque están a nuestra disposición y blindan nuestra economía».

También durante el congreso organizado por la patronal de las renovables, Torroba defendía la apuesta de Ence, «por acelerar el PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima del Gobierno) e invertir en renovables, como la biomasa, que aporta estabilidad al sistema eléctrico».

Además, el directivo de Ence ha señalado que «la energía renovable con biomasa contribuye a la economía circular, permite aprovechar recursos naturales sostenibles procedentes de la actividad agrícola y forestal y es, además, gestionable».

ENCE CERTIFICA LA SOSTENIBILIDAD DE SU BIOMASA

El complejo energético de Ence en Huelva acaba de completar el proceso de auditoría del estándar de certificación Sure, que garantiza la sostenibilidad de la biomasa propia y de compras directas consumida en las instalaciones onubenses de la compañía.

Esta biomasa está principalmente compuesta por frutales de proximidad, subproductos procedentes de la agricultura del olivar, podas de parques y jardines del entorno, y restos de la actividad agrícola de la almendra, algodón y restos de frutales.

De esta forma, las plantas de energía renovable con biomasa de la compañía en Huelva se han adaptado de forma pionera en el sector a los requisitos de sostenibilidad de la Directiva de Energías Renovables (UE) 2018/2001 (REDII), una normativa europea que establece diversos criterios que deben cumplir todas las biomasas empleadas en el sector de la bioenergía, enfocados a garantizar su sostenibilidad, un correcto balance de masas, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la eficiencia energética.

Las biofábricas de Ence en Pontevedra y Navia y las plantas de generación de energía con biomasa de la compañía en Mérida, Jaén y Ciudad Real, han obtenido ya previamente esta certificación, convirtiendo a Ence en la primera empresa de Europa en iniciar la verificación de la sostenibilidad de su proceso productivo de energía con biomasa mediante este estándar.

La adecuación al estándar Sure de Ence Huelva supone un paso más en el objetivo de la compañía de completar la certificación de toda la biomasa propia y de compras directas consumida en sus instalaciones antes del término del segundo semestre del año.

De esta forma, Ence continúa el camino iniciado en 2017 con una iniciativa precursora en la empresa española, puesta en marcha para garantizar una total sostenibilidad en la utilización de la biomasa y el cuidado del medio ambiente en su aprovechamiento como fuente de energía, apoyándose en los criterios establecidos por algunas de las más importantes organizaciones ambientales de Europa.

Ence, que cuenta con tres plantas en Huelva que suman 137 MW de capacidad, es el mayor generador de energía renovable con biomasa de España, con una capacidad instalada total de 266 MW. La compañía adquiere y valoriza, anualmente, 1,7 millones de toneladas de biomasa de origen agrícola y forestal de proximidad, que se aprovechan para generar energía renovable que se vierte a la Red, contribuyendo de esta manera a reducir su impacto ambiental, solucionar problemas en su gestión, y minimizar el riesgo de incendios.

GENERACIÓN ELÉCTRICA CON BIOMASA

La biomasa juega un rol necesario y rentable en la transición energética. Las plantas de generación eléctrica a partir de biomasa son las más versátiles de las que funcionan al valorizar biocombustibles sólidos muy diferentes en función del territorio en el que se ubiquen: orujillo, sarmiento, hojas y podas de olivo, restos forestales, residuos agrícolas, paja de cereal…

El aprovechamiento de la biomasa agrícola y forestal no sólo genera valor y riqueza, además aporta una salida eficiente a materia que, de quedarse abandonada a su suerte en el monte o ser eliminada mediante quemas controladas en el campo ocasiona problemas ambientales -incendios y plagas- y emisiones contaminantes que se pueden evitar mediante la valorización energética.

Hasta las cenizas que genera la combustión de biomasa sólida, con elevado valor en potasio, pueden aprovecharse para la producción de fertilizantes. En esta fase se está trabajando. Y todo en un escenario de penetración masiva de renovables llamadas a descarbonizar el sector eléctrico, con una fotovoltaica y eólica intermitentes, mientras que la biomasa es 100% gestionable y permite generar cerca de 8.000 horas anuales en continuo.

Eso sin contar con que muchas de estas plantas se emplazan en sustitución de centrales de energía fósil desmanteladas o en localizaciones próximas a estas fuentes de energía de origen forestal y agrícola en la España rural y vaciada.

La potencia total instalada de biomasa y de residuos alcanzó los 857 MW y 588 MW respectivamente en 2019, creciendo un 9% con respecto al año 2014, y generando alrededor de 5,3 TWh, lo que supone un 5% de la generación renovable nacional durante dicho periodo de tiempo, según el informe de APPA que lleva por título, ‘Aportación de la biomasa de nueva generación al sistema eléctrico en el contexto de la transición energética’.

El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, en su escenario objetivo a 2030, estima que la biomasa doblará su capacidad instalada en España y prevé que la potencia instalada de biomasa aumente hasta alcanzar casi 1.650 MW instalados, lo que supone un incremento de alrededor de 800 MW durante los próximos 10 años.