No es un bosque cualquiera de los miles que pueblan España. El Acebal de Garagüeta, en el corazón de la provincia de Soria, es el mayor bosque de acebos de la Europa Meridional. El negocio de las cestas y centros de Navidad confeccionados con acebo descubre un nuevo filón a los habitantes de la comarca castellana. Al pastoreo, tan necesario para modelar el paisaje del acebal y a la comercialización del acebo con fines ornamentales, el turismo de interior con alto valor paisajístico abre nuevas fuentes de ingresos a los lugareños gracias a un bosque que luce espectacular todo el año venciendo así la temida estacionalidad turística.
Situado en pleno Sistema Ibérico Norte, en la Sierra de Montes Claros, término municipal de Arévalo de la Sierra, entre los puertos de Piqueras y de Oncala, este magnífico bosque presenta durante el otoño una paleta salpicada de colores rojos, ocres, amarillos y naranjas entre el verde brillante del acebo que delata la presencia de otras especies arbóreas y arbustivas, que atraen a turistas deseosos de visitarlo. Los terrenos sobre los que se ubica el monte pertenecen al periodo Jurásico, y el Acebal tiene la calificación de Reserva Natural.
Hace unos años, Cristina Martínez, fundó la empresa El Acebarillo, que ha generado alrededor de la economía local del acebo un motor de empleo para la zona. Las mujeres de esta Sierra de Montes Claros fueron las que lideraron la iniciativa empresarial que las vincula a su tierra.
LA PANDEMIA RETRASÓ EL PROYECTO TURÍSTICO
A medida que se ha ido conociendo la existencia de este paraje natural sin parangón en la geografía nacional y único en Europa, las visitas a esta zona de la España Vaciada han crecido, y la empresa El Acebarillo ha ido diversificando su oferta pasando del negocio puramente ornamental con la venta del acebo para decoración en Navidad, a ofrecer una amplia gama de actividades en relación al turismo.
Sin embargo, cuando el proyecto turístico estaba arrancando con fuerza llegó la pandemia, y como reconoce Martínez «entre nuestras actividades destacan los talleres, pero el año pasado no pudimos hacerlos. Las rutas guiadas, con el aforo limitado y restricciones autonómicas, tampoco nos funcionaron. El turismo cayó: nos quedamos sin reservas en la casa rural, ni visitas a la Casa del Parque (centro de interpretación)».
Fue un mazazo para todos los implicados en el proyecto, pero en 2021 se empezaba a ver todo con más optimismo. «Este año ha sido una locura. La Navidad es cuando más demanda tenemos de todo y está todo colapsado: reservas para las rutas, para la casa rural, y pedidos de acebo. Estamos empezando muy bien la temporada», apunta.
«El Acebal está espectacular: es un bosque único todo el año porque tiene fruto los 365 días”, destaca Martínez que además explica que «como novedad empresarial, hemos puesto en marcha una casa rural de cuatro estrellas en Torreárevalo, con ocho plazas».
EL COMERCIO, RECUPERADO Y A PLENO RENDIMIENTO
También el comercio del acebo se está recuperando porque el año pasado «perdimos ventas, porque los mercados y ferias navideñas se suspendieron, y esto pegó un bajonazo, puesto que este tipo de eventos representa uno de los mercados más importantes para nosotros». Pero «lo positivo del año pasado es que vendimos a floristerías y se incrementó la venta online, de cestas y centros de mesa».
Una venta online que sigue teniendo los mismos inconvenientes que vienen denunciando la empresa y los habitantes de la zona desde hace años. En la era de la digitalización, «no hemos mejorado ni en cobertura móvil ni de internet. Nosotros, a nivel particular de empresa, de forma privada, hemos instalado un amplificador de señal para internet y cobertura móvil, para la casa del parque, la casa rural y el taller», denuncia Martínez.
Pero estas personas, acostumbradas a la dureza de las zonas rurales de Tierras Altas, se las ingenian para cumplir sus objetivos, aunque les cueste más alcanzarlos que a millones de españoles que viven en zonas más privilegiadas tecnológicamente hablando. «Ya tenemos muchas ventas, pedidos y pagados, y hemos hecho varios envíos. El comercio online está funcionando perfectamente, a pesar de todas las trabas», afirma orgullosa la fundadora de El Acebarillo.
LA ESPAÑA VACIADA SIGUE EN PRECARIO
Martínez denuncia el escaso apoyo institucional a la España Vaciada. «Más allá de las ayudas Covid, las ayudas a los artesanos o las líneas de subvenciones habituales, no hay nada nuevo para un recurso local tan valioso». Ni siquiera «nos hacen caso para mejorar las conexiones que es lo que más nos preocupa. Seguimos sin consultas médicas, con el consultorio vacío. El servicio médico se mantiene pero en precario, no tenemos consulta como teníamos antes. Estamos peor que cuando fuimos a la manifestación de Madrid».
Internet sí funciona, pero «es satelital, si el cielo se nubla o cualquier otra cosa va muy lento. No es banda ancha y cuando quieres enviar un archivo grande te eternizas. No tener buena conexión es un obstáculo y cuando hay mucha gente la wifi del ayuntamiento se colapsa. La solución es la banda ancha. Tirar cable», reconoce Martínez, pese a que la solución no resulta rentable para los operadores tecnológicos.
EL PASTOREO CUIDA EL MONTE Y GENERA INGRESOS
Una de las grandes ventajas del Acebal de Garagüeta es que está autorizado el pastoreo para animales bovinos desde mayo hasta diciembre. El ganado es la mejor herramienta para la conservación del paisaje en el espacio natural, pues evita que se cierren las manchas de acebo incrementando con ello la biodiversidad.
Esta actividad marcha muy bien en la zona. No ha faltado ganado en ningún momento y es la fuente principal de ingresos del municipio, además hay relevo generacional. El pasto «es un bien comunal, por eso el acebo es un recurso que nos permite también conservar el monte con una ganadería extensiva y vacas felices», indica Martínez.
COMPETENCIA DE LOS PAÍSES BAJOS
Esta empresa soriana, no es ajena a la cruda competencia del mercado, y se las tiene que ver con empresas de Centroeuropa con mucha tradición. «Competimos con otros bosques de acebo, pero nuestro competidor de verdad es el acebo holandés cultivado, es diferente, y se vende en un formato distinto, en bolsa. Tienen clientes todo el año y son suministradores habituales de las floristerías, por eso suponen nuestra mayor competencia», revela Martínez.
«El acebo holandés es cultivado, por eso no tiene ningún límite de producción, mientras que el acebo natural tiene sus peculiaridades, porque para mantener el monte se nos permite sólo unas determinadas podas», concluye el alma mater de El Acebarillo.