Solaria, junto al resto de compañías energéticas, ha vivido un 2021 muy volátil. Algo que se refleja sobre todo en las empresas cotizadas. Pero los contratiempos no terminan. El llamado a ser unos de los proyectos solares más importantes de Europa, ubicado en Trillo (Castilla-La Mancha), tendrá más retraso de lo esperado, tanto para su construcción, aprobación de licencias y conexión. Algo que se verá reflejado en los costes por la actual coyuntura inflacionista.
En plena ponzoña del verano, Solaria hacia la puesta de largo de su planta solar en Trillo. Ya en primavera, cuando se dio a conocer el proyecto de forma más detallada, se lanzó la idea de que para finales de 2021 estarían conectados a la red los 626 MW que tendrá. Aunque poco a poco han ido llegando los retrasos. La última actualización se ha dado con la presentación de resultados: se espera que sea en abril cuando la instalación se conecte a la red. Aunque todavía falta camino por andar.
Según ha explicado en encuentro con analistas el CEO de la compañía, Arturo Díaz-Tejeiro, en estos momentos hay en construcción 500 MW, y la tercera parte del proyecto de obra se espera iniciar en diciembre. Por lo que respecta a las autorizaciones, uno de los puntos conflictivos, el máximo responsable de Solaria ha resaltado que esos 500 MW están «totalmente autorizados» y con todos los permisos ambientales. Con respecto a lo que falta, el optimismo se hace presente.
Díaz-Tejeiro ha asegurado que en muy pocos días tendrán la autorización definitiva para la capacidad restante y, de esta manera, antes de que termine el año empezar a construir la denominada última isla de placas. Asume que desde una perspectiva legal parece imposible que haya ningún tipo de problema con la autorización final.
La primavera de 2022 será clave para Solaria en España
No obstante, existe la posibilidad de que la planta entre en funcionamiento de manera separada. Es decir, podría haber una primera conexión a la red de los 500 MW que ya están en construcción y para los que hay permiso, y posteriormente se conectarían los 126 MW que todavía no tienen permisos. Algo, lógicamente, que haría modificar la hoja de ruta marcada por Solaria. Un asunto, señalan desde Barclays, que puede afectar negativamente a la confianza de los accionistas.
SOLARIA Y LOS COSTES
Otro de los factores estrechamente ligado a este retraso tiene que ver con los costes de los paneles solares. Según han explicado desde la compañía, la mayoría de material está provisionado desde hace tiempo. Esto supone que cuando se ejecutaron las compras los módulos solares rondaban los 0,20$. Esta situación ha dado un gran giro en las últimas fechas.
Díaz-Tejeiro explica que no se debe a falta de proveedores, puesto que la industria solar de componentes tiene importante ‘players’ en todos los países. Simplemente asume que los costes han subido y que en los próximos meses los módulos rondarán precios de 0,26$ en el mejor de los casos. No obstante, todavía no hace estimaciones sobre el impacto que tendrá en los costes de la empresa.
UNOS BUENOS RESULTADOS
En cuanto a las cifras presentadas esta semana, Solaria obtuvo beneficio neto de 37,5 millones de euros en los nueve primeros meses del año, lo que representa un incremento del 50% con respecto al mismo periodo del año anterior, informó la compañía.
En el periodo de enero a septiembre, el importe neto de la cifra de negocios del grupo de renovables ascendió a 70,753 millones de euros, un 73% más que en los nueve primeros meses del año anterior. La compañía destacó que este buen comportamiento se debió al incremento de la producción debido a la conexión de nuevas plantas fotovoltaicas, en línea con su plan de negocio.
El resultado bruto de explotación (Ebitda) de Solaria a cierre de septiembre se situó en los 70,017 millones de euros, con un crecimiento del 86%. El beneficio operativo (Ebit) fue de 55,874 millones de euros, un 115%.
En línea con su plan estratégico, el grupo ha seguido aumentando su capacidad instalada y cuenta con un total de 5.179 megavatios (MW) instalados, en construcción o en información pública, lo que equivale a su objetivo de finales de 2024 y a un 30% de su objetivo de 18 gigavatios (GW) en 2030.