Merlin Properties avanza en su plan de desinversión de las oficinas que BBVA dejará libres. Aunque suponen una pequeña parte de su porfolio, Ismael Clemente ya ha dejado claro en la pasada conferencia con analistas tras la presentación resultados de la compañía que han estado «recibiendo suficiente y muy creíble interés en la cartera». Según el contrato entre Merlin y BBVA, el número de oficinas que se podrían cerrar sería de 60, de las cuales BBVA ya se ha desprendido de 30.
Pero antes de deshacerse de estas oficinas, Merlin tiene todavía por delante otros proyectos. Según Clemente, ahora mismo la compañía está dando los últimos toques para antes de fin de año tener resuelto su objetivo de desinversión en 2021. Después de esto, ya se podrán centrar plenamente en la cartera de oficinas. Esta parte de la cartera no tiene un gran peso dentro de todo el porfolio, pero ya el CEO de Merlin ha destacado que «hemos recibido un importante interés, muy serio en esta cartera». Es por ello que la inmobiliaria está en disposición de saber a qué precio puede vender esta parte. «Ahora tenemos suficientes puntos de datos para saber más o menos más o menos dónde podría estar el precio», ha explicado Clemente.
En lo que no ha querido ahondar ni especificar Ismael Clemente es en los plazos que manejan para este plan. El CEO de la compañía ha destacado que no va a dar datos específicos sobre la fecha de ejecución ni de cifras aproximadas de lo que puede suponer la operación, ya que «hemos aprendido dolorosamente en el pasado que esto crea mucha tensión». De esta forma, el directivo pretende alejar las especulaciones hasta que el proyecto esté mucho más asentado.
MÚSCULO PARA OTROS PROYECTOS
Lo que sí es verdad es que la venta de esta parte sería muy importante tanto de forma positiva como negativa. Por el lado negativo, implicaría perder uno de sus inquilinos más estables, el mayoritario además en el porfolio. También implicaría perder una fuente de ingresos estable, algo que todo casero busca cuando pone en alquiler sus inmuebles.
Esta operación implicaría perder uno de sus inquilinos más estables
Pero la parte positiva, y quizás es la que más atrae a su CEO, es que supondría «una fantástica oportunidad para desapalancar la empresa a los niveles absolutamente no vistos por nosotros en el pasado», según Clemente. Igualmente, el directivo espera que este movimiento dará a la compañía «libertad y flexibilidad para ejecutar cualquier proyecto que pueda necesitar en el futuro».
Lo que si es cierto que la venta de esta parte daría suficiente aire económico a la empresa como para avanzar en otros frentes que tiene. Según Ismael Clemente, «tendremos suficiente músculo para desarrollar todo nuestro programa de centros de datos». Igualmente, Merlin podría seguir consolidando y desarrollando su programa de logística. De hecho, este segmento le ha proporcionado buenos resultados a la compañía en el tercer trimestre, donde destacan como principales contratos el de Airbus en la ZAL de Sevilla o el de Olicargo en Lisboa.
BUENOS RESULTADOS EN SEPTIEMBRE
Los resultados de la compañía en estos primeros meses de 2019 han sido mejor de lo esperado. De hecho, según explica un informe de Renta 4, «esperaríamos impacto positivo en cotización por la mejora operativa en todos los activos y las buenas expectativas para final de año, ratificadas con la distribución de un nuevo dividendo».
En general, la compañía ha cerrado los primeros nueve meses del año con una facturación de 381,3 millones de euros, un ebitda recurrente de 277,4 millones y un beneficio operativo de 201,9 millones. Sus activos de oficinas fueron los únicos que redujeron sus rentas, aunque su ocupación mejoró respecto al anterior trimestre. Las rentas de la parte de logística crecieron un 1%, mientras que la ocupación se ha recuperado mejor de lo esperado, mientras que los proyectos entregados en Best II y III se encuentran ocupados al 100%.