Alstom y Eversholt Rail, principal compañía británica de arrendamiento de trenes, han anunciado un acuerdo para desarrollar la primera flota de trenes de hidrógeno del Reino Unido, que consistirá en 10 unidades compuestas cada una de tres coches. El objetivo del acuerdo es que el contrato final para la adquisición de la flota se firme a principios de 2022 y Alstom se encargue del diseño, construcción y puesta en funcionamiento de esta flota, según informan en un comunicado.
En España, CAF anunció recientemente que remodelará una unidad de Cercanías Civia cedida por Renfe para transformarla en un demostrador de tren de hidrógeno, sustituyendo así la tracción contaminante propulsada por diésel por una energía limpia como el hidrógeno.
No obstante, el gigante francés Alstom es el único fabricante que ha puesto ya en circulación trenes propulsados por pilas de combustible, en Alemania, Países Bajos, Austria, Suecia y Polonia. Además, también participa en proyectos de hidrógeno en Italia y Francia.
«La COP26 nos ha recordado la urgente necesidad de descarbonizar nuestro planeta. El ferrocarril ya es el modo de transporte con las emisiones más bajas, pero podemos hacer aún más. La firma de este acuerdo con nuestros socios de Eversholt Rail dará lugar a la primera flota británica de trenes de hidrógeno, completamente nuevos», destaca el director general de Alstom en el Reino Unido e Irlanda, Nick Crossfield.
Alstom y Eversholt Rail ya habían trabajado previamente juntos en una solución de material rodante de hidrógeno para el sector ferroviario británico, con una propuesta para convertir un tren eléctrico ya existente en un tren de hidrógeno: el proyecto ‘Breeze’. La compañía explica que, en líneas aún sin electrificar, el ferrocarril se puede convertir en uno de los principales usuarios e impulsores del hidrógeno, consiguiendo un doble objetivo en el camino hacia la descarbonización.
En este sentido, en España aún hay más de 4.000 kilómetros de vías ferroviarias sin electrificar, operadas por más de 250 trenes y locomotoras diésel, que deberán ser reemplazados por trenes de hidrógeno o eléctricos (en caso de electrificación), para cumplir los objetivos de neutralidad de carbono.