Un error común en muchos emprendedores es creer que una vez que el negocio está en marcha ya está todo listo, y esto puede conducir al fracaso. Porque una buena idea puede quedarse obsoleta rápidamente. Por suerte, hay formas sencillas de modernizar un negocio.
No hace falta hacer grandes cambios ni importantes inversiones. Si la idea funciona, bastará con hacer un pequeño lavado de cara para renovar la imagen del negocio y que los consumidores perciban que hay algo nuevo e interesante en el mercado.
1Haz un lavado de cara de tus productos o servicios
Si ahora no es momento de buscar nuevos productos que vender o nuevos servicios que ofrecer, puedes darle una vuelta a la que ya ofreces para ver cómo podrías cambiarlo. Por ejemplo, en un producto puedes cambiar el packaging.
Si es un servicio, puedes plantearte cómo mejorarlo y añadir algunos elementos o características que le aporten valor añadido.