El número de cargadores públicos disponibles actualmente en la Unión Europea asciende a 225.000, sin embargo solo 25.000 son de carga rápida (más de 22 kilovatios), es decir que solo uno de cada nueve puntos de carga europeos es un cargador rápido, según los datos de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA).
Los puntos de carga restantes (con una capacidad de 22 kW o menos) incluyen muchos cargadores privados o de baja capacidad, esto supone invertir hasta una noche entera en cargar un automóvil eléctrico con uno de estos 200.000 cargadores.
«Para convencer a más ciudadanos de que se cambien al eléctrico, hay que eliminar todas las molestias asociadas con la carga», demandó el director general de ACEA, Eric-Mark Huitema.
«Las personas necesitan ver más cargadores en su entorno diario, y estos puntos de carga deben ser rápidos y fáciles de usar, sin tener que esperar en largas colas», añadió.
Así, ACEA insta al Parlamento Europeo y al Consejo a fortalecer significativamente la propuesta de la Comisión, a fin de garantizar que Europa pueda construir una densa red de infraestructura de carga y repostaje, que incluya un número suficiente de cargadores rápidos en cada estado miembro de la UE para 2030.
«La carga debería ser tan cómoda y sencilla como lo es hoy en día repostar combustible. Desafortunadamente, la propuesta AFIR (Alternative Fuels Infrastructure Regulation) no es lo suficientemente ambiciosa para lograr este objetivo. Es más, está totalmente desalineada con los nuevos objetivos de dióxido de carbono (CO2) propuestos para los automóviles», advirtió el director general.