lunes, 25 noviembre 2024

La piña, una aliada para la buena digestión

La piña es uno de los alimentos más completos en nuestra alimentación. Además, es una fruta indispensable para una dieta equilibrada. Pero la piña va más allá. Este alimento ayuda a la digestión y es especialmente recomendable servirla acompañando a la carne, porque facilita su asimilación.

La piña es originaria de Sudamérica, concretamente de Brasil. Allí fue donde la descubrieron los colonizadores españoles y portugueses. En concreto, fue en 1943 cuando Cristóbal Colón decidiera traerla a España desde la isla Guadalupe. Actualmente su cultivo está muy extendido en las regiones tropicales de América, Asia y Oceanía siendo Hawai, Tailandia y Brasil los principales productores. 

La piña, además de su contenido en nutrientes, contiene una enzima conocida como bromelina o bromelaína. Esta enzima proteolítica, hace que sea más fácil la digestión de las proteínas. En el caso concreto de la carne, esta enzima de la piña hace que rompa las proteínas de la carne haciendo que su digestión sea mucho más sencilla. La bromelaína, además, puede ser utilizada por sus efectos antiinflamatorios.

Gracias a estas propiedades, la piña es un alimento fundamental para tomar después de una comida copiosa, como en las cenas navideñas. Además, su poder saciante hace que sea un gran aliado para aquellas personas que estén haciendo dieta o para los que tengan déficit de vitamina C.

Una forma bastante habitual de consumir la piña es en conserva. Tras este procesado, la piña mantiene algunas de sus vitaminas y minerales, pero es pobre en su enzima bromelina. Además, esta forma resulta más calórica puesto que se conserva en almíbar, una solución azucarada.

Además, se trata de un alimento que pueden consumir todas las personas, incluidos los niños. Solo deben controlar su consumo aquellos grupos de población que tengan gastritis o úlcera gastroduodenal y personas que desarrollan cálculos renales de sales oxalato cálcico.

Por último, solo nos queda saber cuándo una piña está en óptimas condiciones para consumir. Esta fruta está madura cuando en la base ha desaparecido el color verde tornando a un amarillo anaranjado. Debemos rechazar piñas golpeadas, con hojas marchitas o con el extremo del tallo manchado o mohoso. Tampoco cuando la cáscara se hunda al presionarla con los dedos. Una pieza madura desprenderá un olor dulce, especialmente por su base. Debemos conservar la piña en un lugar fresco y seco, excepto si ya está troceada, que debe guardarse en la nevera.


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