Así son las trampas al solitario de Glovo

Glovo es la empresa dedicada al ‘delivery’ líder en España. Sin embargo, esto no le está siendo suficiente a la empresa con sede en Barcelona para encontrar la rentabilidad suficiente para garantizar el futuro de la compañía sin ninguna presión. Aún así, los fundadores de Glovo confían en el crecimiento del unicornio en los próximos años.

El cofundador de Glovo, Óscar Pierre ha participado en el 36ª edición del Congreso de Gran Consumo organizado por Aecoc. En él, el representante de la ‘start up’ española habló sobre el presente y el futuro de Glovo. Según Pierre, miran al futuro con optimismo y esperan sacar una buena rentabilidad.

«Glovo podría ser rentable hoy, pero hemos decidido que no lo sea porque en el mercado español y en el resto donde operamos vemos potencial para que sea 10 o 20 veces más grande», afirma el cofundador de Pierre. Lejos de alarmarle esta afirmación, se compara con los comienzos de Amazon. «Sería como si Amazon hubiera buscado dar beneficios al comenzar a operar. En ese sentido, somos como Amazon en los 90».

Sin embargo, sus datos no dicen lo mismo. Un año donde la pandemia nos hizo no solo cambiar nuestros hábitos de consumo, sino que el tiempo que pasamos en casa por el confinamiento obligatorio nos empujó a los pedidos a domicilio. Este auge también se vio en la facturación de Glovo, pasando de los 128 millones en 2019 a 360 millones el pasado ejercicio. Sin embargo, la empresa continúa con pérdidas. En concreto, estas son de 51,4 millones. Aunque consiguió recortarlas en un 80% respecto al año anterior, aún no consiguen salir de ese bache.

«Solo hay sitio para un operador de q-commerce y nosotros tenemos ventaja»

GLOVO BUSCA EL MONOPOLIO

A pesar de que afirman que los mercados donde operan aún tienen mucho margen de crecimiento, considera que solo hay hueco «para uno o dos» operadores dentro del q-commerce. De hecho, el directivo hila más fino y destaca que «creo que solo hay sitio para uno y nosotros siempre tendremos ventajas». Óscar Pierre lo justifica diciendo que «tenemos ya la red logística montada, la red de usuarios y la ventaja competitiva para que, si sobreviven uno o dos, nosotros lo hagamos mejor».

Dentro de nuestras fronteras, el alto cargo de Glovo apunta que «seguiremos creciendo en España al 90% anual, porque es el mercado más maduro, y en el resto lo haremos a triple dígito». La empresa española afirma que el ‘quick commerce’ es clave para el futuro.

Además, Óscar Pierre destaca que una de las claves de Glovo ha sido el saber expandirse rápido por los países. En la actualidad están presentes en 23. Sin embargo, también afirman que «la mitad del éxito se debe a que fuimos rápidos cerrando. Brasil no funcionó y nos fuimos en tres meses, en Egipto y Turquía igual, lo vendimos».

El consejero delegado de Glovo añade que «son decisiones que cuesta mucho tomar, porque tienes equipos locales, pero aprendimos pronto que, o éramos ágiles en eso, o tendríamos un portafolio de países que no se aguantaría». Lo que ellos ven como una fortaleza cualquiera lo podría interpretar como que no han realizado estudios de mercado antes de expandirse a esos mercados.

Pierre también ha querido recordar los comienzos de Glovo. «Los primeros cuatro o cinco años han sido una locura. Hemos estado tres veces a semanas de romper caja y tener que cerrar la empresa», apunta. La empresa fue fundada en 2015, por lo que las palabras de su cofundador nos invitan a pensar que desde que se creó la empresa ha tenido problemas.

LEY RIDER

Todos estos planes y tendencias pueden cambiar después de que el pasado 12 de agosto entrase en vigor la denominada ‘ley rider’. Con esta norma, estas empresas de ‘delivery’ están obligadas a contratar a sus repartidores ya que se entiende que tienen una relación laboral con la empresa.

Glovo no cumplía con prácticamente ninguna de las normas que indicaba la nueva ley. Sin embargo, después de la marcha de Deliveroo, la compañía catalana decidió dar un paso adelante y presentar un nuevo modelo. La intención de la empresa española era contratar a 2.000 ‘riders’ en las grandes ciudades donde tienen más clientes y, por ende, mayor margen de negocio. Para completar a estos trabajadores, tenía pensado seguir operando con 8.000 autónomos en el resto de lugares. Este modelo no era suficiente para los sindicatos.

En las últimas semanas, Glovo ha ido un paso más allá de solo distribuir comida, su principal negocio. Hace poco la empresa se alió con Lola Market para las entregas a domicilio. De esta manera, Glovo ha evitado contratar a los ‘personal shopper’ de Lola Market.

Esto refuerza la idea de Glovo, que apuesta por las entregas en menos de 10 minutos en cesta que rozan los 20 euros. Gracias a su red pueden hacerlo, aunque, hasta el momento, no les esté saliendo rentable. «Ahora mismo los números asustan mucho porque son muy rojos». Lejos de amedrentarse, los dirigentes de la compañía ven en esta decisión una apuesta por la innovación. Y, si sale mal, siempre podrán cerrar esta vía.