El otoño trae consigo unas temperaturas más frescas, aunque sin excesivo frío, y el inicio de un baile de colores en las copas de los árboles y el alfombrado de los bosques que hace que esta estación del año sea sencillamente espectacular para andar por hayedos y valles disfrutando de la naturaleza. Por esto, y ya seas de Madrid o estés planeando un viaje a la capital, adentrarnos en sus parques es una oportunidad estupenda para disfrutar de este paisaje.
En España no tenemos una palabra o frase para denominar el deleite otoñal, pero varios sitios resultan perfectos para ello. La fórmula para encontrar los parajes perfectos no solo depende de la mezcla de ejemplares arbóreos, sino también debe constar la presencia del agua. Esto se debe a que las hojas de los árboles caducos tienden a tornarse de colores más impresionantes cuando tienen un riego óptimo y constante a lo largo del año. Ante esto, desde nuestro portal de MERCA2 te presentamos una serie de propuestas a modo de parques madrileños para disfrutar de esta naturaleza.
3El Capricho, de los parques más gustosos con gran riqueza botánica y escultórica
Dejando atrás el primero de los grandes parques que podemos hallar en Madrid para este otoño, nos movemos unos pocos minutos para llegar hasta otro de los parques que más te van a sorprender, el de El Capricho. Un lugar con mucho encanto para disfrutar de la estación de las hojas en todo su esplendor. Situado en el Barrio de Alameda de Osuna, nos muestra los templetes y esculturas abrazados por los tonos ocres de los árboles, los paseos cubiertos por una alfombra de hojas, la Casita de la Vieja con las calabazas alegrando la huerta…
Considerado uno de los parques más bonitos de la capital -y también de los más desconocidos-, es un escenario de gran riqueza botánica y escultórica. El jardín de este parque muestra varios estilos diferentes, lo que lo hace bastante particular para mirar por todos los rincones. Te encontrarás el parterre o jardín francés con sus setos recortados, el paisaje inglés con su naturaleza en estado puro, aunque adorada con los «caprichos» y el giardino italiano, donde abundan los árboles, fuentes y estatuas, elementos geométricos… todo ello, en una perfecta consonancia para los días otoñales.