Las empresas, en su afán de mantenerse en la cima del mercado, buscan reinventarse. Amoldarte a las pretensiones del mercado es una tarea fundamental para las empresas que quieren ser punteras, independientemente del sector. Pero en el caso de las energéticas, el futuro pasa por la transición ecológica. No podemos decir que estamos en un mundo descarbonizado, y menos teniendo en cuenta que las empresas de energías alternativas están al alza, y la sociedad sigue demandando sus productos.
Aún esto, la transición energética es una realidad, y las empresas de combustibles fósiles deben adaptarse a lo que está por venir. Alcanzar un mundo con cero emisiones es un deber que se han marcado algunos de los países más influyentes del mundo. Economías poderosas que saben que el mundo debe funcionar con energías limpias.
La transición energética, a pesar de que a nivel global es un punto positivo, si mermará a algunos sectores, y por supuesto beneficiaría a otros. Schroders considera que “el impacto de la transición energética podría tener un impacto sísmico para los mercados emergentes”. La transición a un “mundo verde” tendría efecto en varios mercados, como el de las materias primas.
OBJETIVO 2050
La fecha que se dan para alcanzar un mundo con cero emisiones es 2050. Los gobiernos se han puesto manos a la obra, motivando a las empresas en la creación de planes estratégicos en los que la energía limpia sea la protagonista. Alcanzar un mundo con cero emisiones para 2050 parece una tarea complicada, aunque no imposible.
la transición energética beneficiará a las compañías dedicadas a fabricar equipos de almacenaje de energía
La transición energética se ha convertido en una necesidad global. Nicholas Stern, economista británico, piensa que “se debe invertir el equivalente al 1% del PIB mundial contra las consecuencias del cambio climático”.
Los combustibles fósiles, a pesar de que mantienen la demanda, tienen una fecha de caducidad. Se trata de bienes limitados. Las reservas de gas natural, petróleo o carbón, muy poco a poco se acabarán. Y el relevo lo tomarán las energías renovables, que cuenta con beneficios como un coste menor y, sobre todo, que son recursos ilimitados.
LA DEMANDA SE CENTRARÁ EN LOS METALES BÁSICOS
Schroders considera que la demanda se reorientará hacia los metales básicos, los cuáles son elementos clave para los equipos utilizados para generar energía renovable. Es decir, energías como la eólica, la solar, la eólica marina, que poco a poco está creciendo…necesitan unas piezas que son fundamentales para que los generadores de energía funcionen. Estas piezas, generalmente son de hierro, boro, cobre, plomo, níquel…
Los metales básicos son esenciales para que se siga produciendo energía limpia. Es por ello por lo que el mercado de los metales si cobrará un fuerte impulso en un futuro próximo.
Schroders considera que los grandes beneficiados de este nuevo paradigma sean los mercados emergentes que exportan metales básicos, los cuáles contarán con una gran demanda en la economía mundial descarbonizada. Además, se beneficiarán de la transición energética aquellas compañías dedicadas a la fabricación de equipos utilizados para generar, almacenar y consumir energías renovables.
los países exportadores de energías alternativas deberán adaptarse a la nueva economía con 0 emisiones
LOS MERCADOS DEBERÁN ADAPTARSE
La transición energética supone un cambio radical en el mercado. Las compañías que hoy son protagonistas, puede que en un futuro no lo sean, sobre todo, aquellas dedicadas a la producción de energías alternativas. Los combustibles fósiles se van a deteriorar con el paso del tiempo, y esto también influye a los países exportadores de carbón, petróleo o gas natural.
Estos países deberán adaptar sus economías y finanzas públicas a la nueva economía baja en emisiones de carbono, o enfrentarse a las tensiones económicas y de mercado, tal y como apunta Schroders. La transición energética por tanto puede sacudir a la economía de países como Rusia, Arabia Saudi o Estados Unidos, entre otros.
¿QUÉ PAÍSES AVANZAN HACIA LA ENERGÍA LIMPIA?
A pesar de que, hoy por hoy, un mundo totalmente descarbonizado parece una utopía, hay países que han impuesto leyes para reducir las emisiones de dióxido de carbono, o, dicho de otro modo, llegar a un mundo “limpio”.
Irlanda es uno de los países que está marcando el camino hacia la transición energética. A principio de este año, el país británico introdujo una legislación para prohibir las licencias para “nuevas exploraciones y extracciones de petróleo”. Otros países que avanzan en la transición a un mundo verde son España, que se marca por objetivo generar el 74% de la electricidad del país a partir de energías renovables. Belice, Francia o Dinamarca son otros países que ya trabajan en la transición energética.
Los países se mueven, y es que la transición energética es una realidad que poco a poco va a cambiar los paradigmas del mercado. Las petroleras y gasísticas se verán perjudicadas, lo que tiene un efecto rebote en las compañías de renovables. Estas ya están en un momento de apogeo. Las renovables están de moda, y poco a poco notarán un gran impulso en su cartera de negocio. Además, el mercado beneficiado de esta transición “verde” será el de los metales básicos. La transición energética obligará al mercado a amoldarse para lograr un mundo con cero emisiones.