En un momento en el que los departamentos financieros de las comercializadoras eléctricas están haciendo piruetas contables para salvar la crisis provocada por la regulación gubernamental y la escalada de precios, hay una compañía que espera sacar partido de la crisis. Se trata de Holaluz, cuya cara visible es Carlota Pi, empresaria catalana que ha decidido apostar fuerte y lanzar una estrategia de crecimiento inorgánico en un momento en el que se espera un aluvión de quiebras en el sector.
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha advertido que muchas comercializadoras de electricidad suspenderán pagos en las próximas semanas, sobre todo aquellas que sean más pequeñas y tengan menos músculo financiero para aguantar la ofensiva regulatoria y la escalada del precio de la luz. La sangría ha comenzado y el Ministerio de Transición Ecológica ha gestionado ya la inhabilitación de las empresas Secom Central de Compras y Another Energy Option, que han sido las primeras en caer,
Y en este contexto la estrategia de Holaluz será hacer bueno el refrán: a río revuelto, ganancia de pescadores. “La situación actual de precios del mercado de electricidad genera la oportunidad de adquirir algunas compañías comercializadoras”, asegura la empresa en un comunicado en el que considera que el escenario actual abre “una oportunidad única para iniciar la estrategia de consolidación del sector a través de adquisiciones a precios atractivos”.
Según indican a MERCA2 fuentes del sector eléctrico Holaluz va a tener un gran abanico de posibilidades para llevar a cabo su plan de compras, ya que se espera que quiebren en torno a un 15% de las comercializadoras de electricidad que prestan servicios en España.
Buena parte de los problemas de estas compañías que se dedican a la compraventa de electricidad surgen del hecho de que tienen un gran volumen de contratos cerrados a un precio fijo, por lo que un aumento de los importes en el mercado mayorista les provoca tensiones financieras, al no poder trasladar el incremento del coste a las facturas de sus clientes.
Para realizar este plan de adquisiciones, Holaluz ha decidido reforzar el capital mediante una operación que se estructura a través de una financiación subordinada necesariamente convertible en acciones de Holaluz por un importe de 11,3 millones de euros con vencimiento el 31 de diciembre de 2021, con un precio de conversión de 13,8 euros por título. Las acciones de la empresa española cotizan en el BME Growth desde noviembre de 2019.
Según los datos facilitados por la compañía los prestamistas no tendrán una participación en el capital superior al 5% y el desembolso se realizó el pasado cuatro de octubre. A la operación se le aplica un tipo de interés del 1% anual. Con la compra de comercializadoras la empresa quiere ganar tamaño para adelantar los objetivos de su plan estratégico: entre los que destaca lograr un millón de clientes en 2023.
MULTADA POR LA CNMC Y TARIFAS CARAS
Parece ser, por tanto, que no le ha venido nada mal la crisis energética a la compañía de Carlota Pi, que en 2020 tuvo unos números bastante preocupantes, ya que a pesar de lograr incrementar los ingresos un 13% sus pérdidas crecieron en una proporción similar, siendo incapaz de ganar dinero (los números rojos ascendieron a 700.000 euros).
Además, la CNMC multó a la compañía en dos ocasiones por realizar cambios de contratos sin tener el permiso del cliente, una práctica que ha crecido en los últimos años y que ha ido de la mano del aumento de la competencia entre comercializadoras.
Sin embargo en el primer semestre del presente ejercicio las tornas han cambiado, aprovechando la palanca que ha supuesto su acuerdo con Copenhaguen Infrastructure Partners (CIP) que firmó el pasado año y que ha permitido a la empresa española elevar la potencia instalada y, sobre todo sumar 300.000 nuevos clientes sin necesidad de consumir ningún capital circulante adicional para dicho crecimiento.
Los analistas dan a Holaluz un notable recorrido alcista en Bolsa y consideran que está bien posicionada para la transición ecológica en España. El único punto negativo es que sus tarifas no son baratas, de hecho son de las más caras del mercado (las de discriminación horaria), junto a las de Iberdrola. Y de las que tienen un precio estable de la luz durante las 24 horas, de nuevo Holaluz es la que más cobra, seguida de Endesa y Naturgy, según revela un reciente informe elaborado por la asociación de consumidores Facua.