La fotovoltaica vive su particular burbuja. Los proyectos de antaño no son ahora rentables en España y el recorte a las renovables, cuya rectificación aún no se ha aprobado en el Boletín Oficial del Estado, ha dado la puntilla al sector. De hecho, Iberdrola sopesa cortar la inversión en renovables en España por este hecho.
La transición energética ha modificado completamente el escenario, pero la mayor parte de la producción continúa realizándose en las plantas de combustibles fósiles, las más contaminantes, con un mercado de materias primas al alza. De hecho, China hace acopio de carbón y su precio se ha disparado, mientras que en Europa se reza para que el invierno sea suave y no duro debido al temor de un desabastecimiento. Y es que, Argelia ha amenazado con cortar el suministro por el gaseoducto de Marruecos.
El problema en España es que los proyectos para instalar este tipo de energía renovables superan con creces la capacidad máxima del sistema, y ahora se exige una mayor potencia, pero la red no es capaz de soportarla. Este es uno de los problemas principales que tienen las instaladoras y fabricantes de puntos de carga para vehículos eléctricos. Sin cambios en la red, los cargadores ultrarrápidos no funcionan.
SOLARIA AUMENTA EL BENEFICIO PERO DISPARA SU DEUDA
Con este escenario, diversas empresas dedicadas a la fotovoltaica han presentado sus cuentas. Un desnudo que muestra negro sobre blanco las penurias y algunas alegrías, como Solaria, que sacuden a varias firmas.
En Solaria están de celebración. Ha obtenido un incremento del beneficio del 60%, hasta los 23,6 millones de euros tras duplicar su producción. Las ganancias brutas han alcanzado los 42,5 millones de euros, un 73% más. El mismo porcentaje que se han anotado sus ingresos, hasta llegar a los 49,5 millones.
Solaria debe a la banca 309 millones frente a los 241 a cierre de junio del pasado año, un 28% más
La compañía dispone de 135,8 millones en liquidez. Con estas cifras, la empresa presidida por Enrique Díaz-Tejeiro ha elevado sus objetivos de capacidad instalada a 6.200 MW en 2025. Por el momento, cuenta con 1.958 MW en operación y construcción, mientras que sus proyectos en exposición pública suman un total de 4.508 MW. Asimismo, la cartera de proyectos alcanza los 1,4 GW.
Pero no todo es positivo. Según ha aumentado los beneficios también ha incrementado considerablemente su deuda a largo plazo, en un 60%, hasta más de 566 millones de euros frente a los 406 de un año antes.
AUMENTO DE LA DEUDA CON LOS ACREEDORES EN SOLARIA
La entidad de la energía fotovoltaica debe a la banca 309 millones frente a los 241 a cierre de junio del pasado año, un 28% más; también ha aumentado su pasivo en obligaciones y valores negociables en otro 28%, hasta los 148 millones. Sin embargo, el debe que más ha crecido son los acreedores por arrendamiento financiero, en un 138%, hasta los 105 millones. Asimismo, a corto plazo ha duplicado su deuda con acreedores, hasta los 123 millones.
Además, la empresa ha tenido que realizar amortizaciones y dar de baja a los activos asociados a la fábrica de Puertollano. Aún así, la empresa no ha registrado correcciones valorativas por deterioro de activos en los primeros seis meses de este ejercicio. Con estos números, Solaria presenta una «estructura sólida del Grupo, donde cada proyecto es capaz de hacer frente a sus costes operativos y financieros«.
La entidad afirma que cada proyecto es capaz de «generar caja excedentaria para que el Grupo pueda hacer frente a sus nuevas inversiones sin necesidad de utilizar efectivo previo». Los inversores han aplaudido estas cuentas, aunque no con la alegría del inicio de la jornada de este miércoles. Los ascensos han pasado de superar el 3% a finalizar la sesión con un 2,3%.
SOLTEC, INMERSA EN UN MAR DE NÚMEROS ROJOS
Soltec Power Holdings, dedicada a proyectos de energía fotovoltaica, por su parte, ha aumentado sus pérdidas hasta los 19,85 millones de euros, un 113% más respecto a las registradas en el mismo periodo del pasado año. El importe neto de la cifra de negocio ha caído en un 24,76%, hasta los 87 millones frente a los 115,69 de un año antes. El resultado de explotación volvió a situarse en números rojos, de 22,61 millones, un 55,7% más respecto al resultado negativo de 2020.
La nota positiva para Soltec proviene de los ingresos, que ascendieron un 7%, hasta los 58,6 millones de euros y una sólida posición financiera, con una caja de 20,4 millones y una bajada de la deuda en casi dos millones, hasta los 21,5 millones, que deberá abonar a largo plazo. Además, una de las cifras más esperanzadoras son las previsiones de ventas en la división industrial. A cierre de este año espera que alcancen los 440 millones, con un margen de Ebitda de entre el 1% y el -1%.
Por otro lado, Powertis, su división de desarrollo de proyectos, incrementa también sus expectativas, para alcanzar un pipeline de 10 GW a cierre del año y una rotación de activos de entre 600 MW y 1.000 MW por los costes de oportunidad que supone la rotación de proyectos en desarrollo en fases tempranas con el actual decretazo del Ministerio de Transición Energética en vigor.
MÁS RIESGOS: RETRASOS EN LOS PEDIDOS Y FALTA PERSONAL CUALIFICADO
La compañía ha advertido de diversos riesgos que pueden afectar a su negocio, como el retraso en las entregas marítimas debido a la escasez de contenedores y a la falta de trabajadores cualificados en algunos países, como camioneros. Este escenario tendrá un impacto directo en la segunda parte del año.
el potencial de las energías renovables, y en concreto de la energía fotovoltaica, continúa siendo una realidad a nivel global
«El potencial de las energías renovables, y en concreto de la energía fotovoltaica, continúa siendo una realidad a nivel global«, ha afirmado. Además, ha resaltado la «fortaleza de los indicadores operativos de la sociedad, permitiendo mantener y reforzar» su posicionamiento en el mercado.
Por otra parte, Solarpack está a la espera de la Comisión Nacional del Mercado de Valores para entrar en el perímetro del fondo sueco EQT. La compañía ha recibido el visto bueno del Consejo de Ministros. La intención del fondo es excluirla de la Bolsa con un valor máximo de 881 millones de euros. Por el momento, tiene el respaldo del 50,9% del accionariado.
Esta compañía es la penúltima víctima del burbujón en la fotovoltaica. Entre enero y junio registró una fuerte caída en el beneficio, de tan sólo 0,1 millones de euros, un 97% menos respecto al año anterior por la menor actividad en la construcción de proyectos para terceros. Los ingresos de la empresa vasca alcanzaron los 72,7 millones, un 10,2% menos respecto al mismo período del pasado año.