No hay ninguna duda de que las empresas que cotizan en el Ibex 35 son, generalmente, las más potentes del mercado, tanto comercialmente como económicamente. Las compañías del principal índice bursátil de España cuentan con carteras de negocios amplias y con un largo listado de accionistas que ven en ellas una buena manera de ganar dinero. Naturalmente, no por el hecho de pertenecer al listado de las 35 empresas garantiza un buen porvenir para ellas. Las cotizadas sufren vaivenes en el mercado de valores, pero generalmente suelen responder al mismo patrón: seguridad y estabilidad para los accionistas.
Aunque hay casos en los que las empresas sufren las consecuencias de la economía, agravando su situación financiera y, por ende, la situación bursátil. No por el hecho de pertenecer al selectivo español están exentas o tienen menos posibilidades de hundirse. A lo largo del tiempo, se han sucedido situaciones en las que empresas con una potente envergadura económica terminan quebrando y desapareciendo, no sólo del mercado de valores, sino del panorama comercial.
Todo depende de las decisiones que tome una empresa, y, sobre todo, en que momento económico nos encontramos. Por ejemplo, si nos trasladamos al 2006-2007, España vivía un momento económico álgido que terminó sucumbiendo con la crisis del ladrillo. En ese momento, las inmobiliarias jugaban un papel clave en los mercados de valores. Podemos pensar en múltiples empresas, pero la que inició la caída del sector inmobiliario fue Astroc.
ASTROC INICIÓ LA CAÍDA DE LAS INMOBILIARIAS EN EL IBEX
La española presidida por Enrique Bañuelos era una de las principales inmobiliarias del país. Cotizó en el selectivo español hasta el 18 de abril de 2007, fecha que para muchos expertos marcó el comienzo de la década “negra” para las inmobiliarias. Contaba con el apoyo de inversores como Amancio Ortega. Se trataba de una empresa prospera. Tanto es así que en su primer año como en Bolsa sus acciones ascendieron un 1000%. El principio del fin para Astroc fue un informe de auditoría, en el que cuestionaban la solidez de la empresa. Ese día, lo inversores perdieron la confianza en la empresa, y sus acciones cayeron un 42,9%.
El “boom” del ladrillo desató la incursión de las inmobiliarias en Bolsa. 11 eran las compañías inmobiliarias que operaban en el mercado de valores. El sector por aquel entonces sumaba una capitalización de 25.543 millones de euros.
Astroc tenía un valor bursátil de 8.800 millones de euros. En la actualidad, las bases de la empresa están en la promotora inmobiliaria Neinor Homes.
MARTINSA-FADESA Y EL MAYOR CONCURSO DE ACREEDORES
Otros de los casos más destacados de inmobiliarias que cotizaban y terminaron hundiéndose es el de Martinsa-Fadesa. La promotora liderada por Fernando Martín contaba con una importante presencia en el sector, y a su vez se convirtió en la protagonista del mayor concurso de acreedores de la historia de España.
La compañía cotizaba en el mercado continuo, del que fue excluido el 30 de octubre de 2015. Los datos de la Bolsa de Madrid marcan un capital social de 2.795.754,66 euros y un último precio de acción de 7,3 euros.
Un agujero en sus cuentas y un patrimonio neto negativo de más de 6.000 millones de euros arrastraron a la compañía a las profundidades de un pozo económico del que aún se están recuperando.
BANCO POPULAR COSTÓ 1Є
Banco Popular es otro de los casos icónicos de empresas hundidas en Bolsa. Se trataba de unos de los bancos más grandes e importantes del país. Contaba con una amplia cartera de negocios y un gran listado de clientes. En el panorama bursátil tenía a 300.000 accionistas y su capitalización bursátil ascendía a más de 19.000 millones de euros. Pero las malas decisiones acompañadas de un momento económico complicado en España marcaron el final de la entidad. Banco Popular fue absorbido en septiembre de 2018 por Banco Santander, quienes compraron a la compañía “Popular” por 1 euro.
«En casos como el de Banco Popular, muestra la importancia de tener una cartera diversificada»
La entidad financiera fue excluida del Ibex el 9 de junio de 2017. El final no pudo ser peor para los accionistas ya que el valor de los títulos se redujo casi por completo (30 céntimos). Los accionistas fueron los grandes perjudicados de la quiebra del banco.
Hoy en día, sigue habiendo accionistas del Banco Popular que luchan por conseguir algo del dinero invertido.
Estos son sólo tres ejemplos de empresas que se hundieron en Bolsa. Existen otros casos en España como el de Banesto, Terra o Reyal Urbis. Y por supuesto, a nivel internacional destacan los sonados casos de Yahoo!, compañía tecnológica que cotizaba en el Nasdaq y contaba con una proyección similar a los Alphabet, Microsoft o Apple. Y por supuesto, Lehamn Brothers, la mayor quiebra financiera que se recuerda, la cual provocó una de las mayores crisis económicas de la historia.