El ‘nuevo’ Grison se quejaba esta semana ante David Broncano porque el fenómeno hater está atacando con saña a la nueva etapa de ‘La Resistencia’, que ha estrenado teatro, grafismo, duración y colaboradores en su quinta temporada.
Muchas de las críticas de los fans del late show producido por El Terrat se han centrado en el legítimo cambio de estrategia comercial de Movistar+, que ha reducido los vídeos en Youtube de 40 minutos diarios a 10 con la intención de que los seguidores de Broncano pasen por caja en la plataforma low cost Lite.
La compañía de Telefónica está intentando dar la vuelta a esta campaña con la promoción de su OTT por solo un céntimo hasta el 30 de octubre y Ricardo Castella intentó poner música al «antes molabais más» que inunda cualquier salto al mainstream desde el ‘underground’ (aunque el proyecto alternativo esté producido por una multinacional que factura 50.000 millones de euros anuales, como es el caso).
Es cierto que la nueva ‘Resistencia’ tiene problemas mayores que este cambio de comercialización tras acometer una serie de fallidos cambios que están polarizando a los seguidores del programa en este chillón periodo transicional.
1- BAJÓN EN EL PRESHOW
La fulminación sin explicaciones de Jaime Caravaca en el ‘Preshow’ y su sustitución por un cómico emergente sin su humor negro y desparpajo, Sergio Bezos, ha despertado cierto runrún en los inicios de un programa que intenta mantener el calor pretérito con más público que en las temporadas anteriores y con una nueva sección que contempla la selección de un espectador para ocupar un ‘trono-hamaca’ rodeada de bolas de plástico.
2- SIN MONÓLOGO NO HAY PARAÍSO
‘La Resistencia’ ha agudizado su apuesta por la deconstrucción del late show canónico que con tanto ahínco lleva defendiendo Andreu Buenafuente desde hace más de un cuarto de siglo. Y en esta quinta temporada el espacio de Broncano ha decidido suprimir el monólogo de actualidad que llenaba de humor negro los diez primeros minutos del espacio.
A cambio, el showman estira la interactuación con el público tras irrumpir en el teatro y fuerza una conversación con la nueva estrella del show, Grison, que ya no se limita a salpimentar entrevistas e interregnos con chistes de narcóticos.
3- FRIALDAD ENTRE LAS NUEVAS SECCIONES
El aumento del show de 50 a 65 minutos diarios ha forzado a ‘La Resistencia’ a estirar entrevistas… y también las secciones de los colaboradores. Y en esta segunda área intenta sin suerte Jorge Ponce mantener el brutal nivel de antaño.
Peor le ha ido las cosas a los nuevos colaboradores: al flojísimo estreno de Yunez Chaib con una sección de cambio de piso y al decepcionante aterrizaje sin contenido de Inés Hernand (que ya denunció hace unos meses que las mujeres están por cuota en los late shows) se le suma la fijación del programa por repetir hits añejos, véase a Ernesto Sevilla repartiendo dinero al público, o tortazos recurrentes, la obsesión de Castella por hacer secciones que provocan más silencios incómodos que carcajadas.
LO MEJOR DE ‘LA RESISTENCIA’
No todo ha sido malo en ‘La Resistencia’, que sigue teniendo las mejores no-entrevistas de la televisión gracias a la agilidad de David Broncano, capaz de sortear con soltura un cara a cara con una entrevista paralímpica (Susana Rodríguez), un actor incómodo (Iván Marcos) o artistas internacionales alternativos no aptos para ‘El Hormiguero’ (Eladio Carrión o Tini Stoessel).
La valentía de Ponce, el prodigio de Grison, el crecimiento de Pablo Ibarburu o la falta de filtros de Candela Peña también contribuirán a que esta crisis de arranque de curso posiblemente sea olvidada antes de que llegue la Navidad.