La aerolínea Vueling comunicó la pasada noche a los sindicatos, «siguiendo el procedimiento oficial», su intención de comenzar a negociar en los próximos días un Expediente de Regulación Temporal de Empleo por causas económicas, técnicas, organizativas o productivas (ERTE ETOP) para hacer frente a los efectos de la pandemia del coronavirus.
La medida podría afectar a toda la plantilla, formada por unas 4.000 personas. Actualmente toda la plantilla de la aerolínea está en ERTE por fuerza mayor.
La compañía asegura que si se mantienen los ERTE por fuerza mayor, la carta queda sin efecto y no haría falta sentarse con los sindicatos a negociar un nuevo expediente.
La aerolínea sigue así la línea emprendida esta semana por otras compañías aéreas como Iberia y Air Europa, que también han anunciado medidas similares a la anunciada por la ‘low cost’ de IAG como alternativa a que no puedan acogerse al nuevo esquema de ERTE que ultima el Gobierno.
Este lunes Iberia trasladó a los sindicatos su intención de empezar a negociar un expediente de regulación temporal de empleo para unos 5.000 empleados «por causas organizativas y de producción» ante la posibilidad de que las conversaciones entre el Gobierno y los agentes sociales no den como resultado una prórroga de los ERTE de fuerza mayor para el sector aéreo.
Según justificó la aerolínea, la incertidumbre sobre esta prórroga y sus condiciones, así como la ralentización de la recuperación de los viajes, han motivado su decisión de iniciar negociaciones con sus sindicatos para aplicar un ERTE por causas organizativas y productivas. La compañía ha destacado que este instrumento es necesario para poder seguir ajustando sus recursos a la capacidad real y para proteger el empleo.
La aerolínea explicó que continúa en niveles de capacidad entre un 30% y un 35% inferiores a 2019, año previo a la pandemia, debido, principalmente, a las restricciones al turismo con Estados Unidos, América Latina, Japón y China.
Apenas dos días después fue la compañía turística Globalia la que anunció el segundo ERTE en el sector, que afectaría a unos 9.000 empleados ante la posibilidad de que las conversaciones entre el Gobierno y los agentes sociales no den como resultado una prórroga de los ERTEs de fuerza mayor al menos durante este año.
La previsión de desplome de la demanda en la próxima temporada otoño-invierno hicieron a la compañía turística anticiparse a una posible situación que podría dañar mucho a las cuentas de la empresa, ya de por sí muy afectadas debido a la caída de demanda en el último año por el coronavirus
De momento, el Gobierno ha propuesto a los agentes sociales extender los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) hasta el 31 de enero y ha vinculado las exenciones a acciones formativas de los trabajadores afectados.