Asaja Castilla-La Mancha ha puesto sobre la mesa este viernes sus «sospechas» de que se está produciendo un «fraude» en el sector vitivinícola de la región, en un año en el que «se dan todas las condiciones» para que se lleve a cabo. La empresa ha demandado más controles a todos los niveles, el aumento de las sanciones, que algunos «se pasan por el arco del triunfo», e incluso el cierre de aquellas bodegas «que están haciendo daño» al sector.
Así lo ha indicado en rueda de prensa el secretario general de Asaja Castilla-La Mancha, José María Fresneda, quien ha explicado que este año la producción de uva va a ser un 30% inferior y hay empresas que no tienen uva porque el pedrisco y ‘Filomena’ han provocado que no la tengan. Añade que han creado «una empresa pantalla que compra productos como el azúcar» o cualquier otro que no procede de la uva, que una vez mezclado con esta ya no se detecta, para obtener una producción de vino mucho mayor y «ganar mucho dinero fraudulentamente».
«Las empresas compran uva y lo hacen por la noche», ha alertado, asegurando que los que cometen el fraude dicen que «lo que interesa es hacer, con poco vino, mucho vino» y por cada litro de vino sacar un beneficio extra.
FRESNEDA LLEVA DENUNCIANDO CUATRO AÑOS
De hecho, ha indicado que 33.000 kilos de uva producen una cisterna de 25.000 litros de vino y si sale más cantidad es que «se está echando otra cosa» y «algo no está funcionando». En un año en el que se habla de una producción de 20 millones de hectolitros, «si luego aparecen 24, blanco y en botella; y si estamos equivocados que nos llamen mentirosos».
Eludiendo dar los nombres de las empresas de las que sospechan, Fresneda ha apuntado en la dirección de las que ya señalaron hace cuatro años, aunque «no son solo esos». Ha mencionado que las bodegas que realizan estas prácticas se extienden por toda Castilla-La Mancha, a excepción de la provincia de Guadalajara. «Está señalado el sector vitivinícola por cuatro sinvergüenzas», ha lamentado.
Que gente que ya ha cometido fraude siga cometiéndolo a los ojos de todo el mundo me parece decepcionante», ha subrayado el responsable regional de Asaja, que ha demandado más control –documental, de camiones, de entradas y salidas de mercancías entre países de la Unión Europea–, trazabilidad, que las cooperativas no vendan vino por debajo del precio de la uva y «que el resto de actores nos ayuden», consciente de que «nadie mueve un ápice para cambiar las cosas.
QUE EL SECTOR «SE QUITE EL MIEDO»
Pese a que como organización no pueden «señalar a nadie» porque no es su trabajo, ha aclarado, sí ha confesado que saben «quiénes son, con nombres y apellidos», apremiando a la Consejería a responder a este llamamiento, al igual que a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, y considerando que «el conjunto del sector tiene que quitarse el miedo y señalar con el dedo a los que están haciéndole mucho daño al sector», precisamente después del esfuerzo que han hecho los agricultores con la pandemia, la DANA y ‘Filomena’.
Desde Asaja van a poner en conocimiento de la Guardia Civil, de la Delegación del Gobierno, de la Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, e incluso de Aduanas, lo que está ocurriendo. De hecho, ya han transmitido sus sospechas al titular de la Consejería, Francisco Martínez Arroyo, preguntándose si acaso «hace falta que se lo digamos», considerando que la situación «ya llega al escándalo».
«Quien sabe de verdad lo que está pasando es la propia Consejería y la Delegación del Gobierno». Con la primera prevén mantener alguna reunión donde poder entrar «al detalle» de este asunto, mientras que a la segunda le han enviado este viernes una carta sobre el mismo tema.
«Si no se contempla como un escándalo, y unos y otros intentan tapar esto, no se va a arreglar», ha matizado, indicando que desde sus denuncias de hace cuatro años hasta ahora no se ha mejorado la situación. Las empresas que fueron denunciadas «pagaron las sanciones», pero «las sanciones algunos se las pasan por el arco del triunfo y se cogen de hombros los que ponen las denuncias y los otros se lo pasan pipa diciendo ‘yo pago mi sanción'».
Lo que hace falta, a juicio de Fresneda, es «cerrar bodegas, que no pasa nada, y hacer el seguimiento al dueño por si acaso quiere abrir otra con otro nombre». En este contexto y preguntado por la trama internacional desarticulada el año pasado en Castilla-La Mancha y Madrid con más de 60 sociedades que se usaban para convertir alcohol de cereal en mosto, aguardiente, zumos y vino adulterado, ha invitado a los medios a seguirles «la pista.
Finalmente, José María Fresneda ha justificado su denuncia en que hacerla «no es atentar contra el sector» sino «mejorar las condiciones» del mismo, y aunque ha dudado de la posibilidad de ver este problema resuelto, pues «hay más gente con miedo a que lo pillen porque se le ha fundido un piloto en el tractor» que por estos modos de actuar irregulares, ha confiado en que la nueva Ley de la Viña y el Vino de Castilla-La Mancha funcione para parar estas prácticas, seguro de que ese texto «para esto sería ideal».