Quizás, ron Negrita es el alcohol por antonomasia de los universitarios desde hace más de cuatro décadas en España. Su bajo precio le hace ser uno de los favoritos para los estudiantes que quieren pegarse una fiesta ‘low cost’ sin temor a una fuerte resaca. Sin embargo, no todas las épocas para el grupo Bardinet han sido color de rosa y durante un tiempo vieron peligrar su futuro.
Ron Negrita es el producto estrella del grupo francés y el que le catapultó a la fama en nuestro país. En 1857, Paul Bardinet se empezó a interesar por el ron procedente de azúcar de caña del Caribe. Así es como nació Negrita, que cuenta ya con una historia de más de 150 años.
Desde el clásico ron-cola hasta mezclar este licor con batido de chocolate, en los años 80 comenzaron a proliferar estas bebidas entre la gente joven, que acababa de salir de la dictadura, y solo pensaba en divertirse. Buscaban bebidas extremadamente dulces y simples con las que iniciarse en el noble arte de beber.
En esa época también se pusieron muy de moda los cubatas de Malibú con piña o el peppermint con leche. Pero, con el paso de los años, esas bebidas fueron perdiendo éxito y se fueron diluyendo poco a poco. Excepto para Negrita, que ha sabido imponerse a las décadas. En parte, porque nunca se agarró a esa imagen de sofisticación y exotismo que sí querían buscar otras marcas. Su lema era simple, otorgaban un ron de una decente calidad a un precio más que competitivo, con notas de vainilla y frutos secos, levemente especiadas y un punto ahumadas.
El momento más dulce para ron Negrita fue la crisis de 2008
TAMBALEO DE SU ÉXITO
El licor estrella del grupo Bardinet había cosechado dentro de nuestras fronteras un éxito imparable. Sin embargo, el momento más dulce para ron Negrita, y para el resto de bebidas alcohólicas ‘low cost’, fue la dura crisis que vivimos en 2008. Durante todo ese periodo la gente buscaba recortar sus gastos sin perder la posibilidad de tener tiempo de ocio. Gracias a un precio que rondaba los 10 euros, Negrita era la marca elegida para los amantes del ron que querían seguir disfrutando de poderse tomar una copa para desconectar de los problemas y preocupaciones del día a día.
Pero, tras superar este periodo negro de la historia económica española, vino la gran resaca para las marcas de bebidas baratas. En 2012, la multinacional Bardinet facturaba en España 51 millones de euros. En 2016, en las cuentas que presentaron en el registro mercantil las cifras de ventas cayeron hasta los 45 millones.
Esto tiene cierta lógica, una vez los bolsillos españoles se recuperaron decidieron dejar atrás muchos de sus hábitos que les hacían recordar esta etapa tan negra. En ese momento, las marcas Premium volvieron a despegar destacando, por encima del resto, ron Barceló. La idea de consumo cambió y los consumidores afirmaban que preferían pagar un poco más si a cambio obtenían bebidas de mayor calidad.
NUNCA PERDIÓ SU FILOSOFÍA
Esto no duró mucho y poco a poco las aguas volvieron a su cauce. Actualmente, y según cuenta la empresa, las ventas de Negrita superan los 10 millones de botellas al año y se venden en más de 110 países, posicionando a Bardinet como un referente en el mundo en la venta de este tipo de bebidas. Negrita mantuvo su idea de comercialización y consiguió revivir, en parte, gracias a la elección de los universitarios por ella. En ningún momento subieron el precio y, no solo eso, sino que regalaban la botella de Coca-Cola cuando adquirías el licor.
Negrita ha sabido sobreponerse a los vaivenes del tiempo, imponiendo su filosofía y sin cambiar ni un ápice de su historia. Para Bardinet, el secreto de su éxito se debe al máximo respeto que tienen a la tradición de sus maestros roneros en la creación de este licor. Puede que esto influya, pero la clave reside en otro punto. Negrita es, por excelencia, el ron de los estudiantes. Sin embargo, aunque con el paso del tiempo los paladares se vayan refinando y exijamos bebidas más selectas, siempre guardamos cariño a lo que fuimos y a los recuerdos que nos transmite. Esa es la esencia del ron Negrita, perdurar a lo largo de los años en el recuerdo de sus consumidores a pesar de no ser el primero en elección.