Un emprendedor tiene que asumir muchos retos en su día a día, pero quizá uno de los más importantes sea mantener sus emociones bajo control. Porque está demostrado que estas pueden influir de manera bastante directa en el éxito y hasta en el fracaso de un negocio. De ahí la importancia de saber gestionarlas.
Pero esto no es algo sencillo de hacer, porque muchas veces puede llegar a parecer que son incontrolables. Sin embargo, si entiendes mejor lo que te está pasando, podrás afrontar la situación con más posibilidades de éxito.
1Centrarse en las oportunidades ayuda con las emociones
Miedo, euforia, ansiedad, frustración, alegría… tu negocio y todo lo relacionado con la gestión del mismo puede despertar emociones muy diferentes en ti. Las positivas te ayudarán a seguir adelante, mientras que las negativas pueden convertirse en una gran barrera que limite tu camino hacia el éxito.
Lo que recomiendan los expertos es que a la hora de afrontar situaciones complejas como un problema intentes ver las cosas desde una perspectiva más positiva. Sí, hay un problema, pero este también puede ser una fuente de oportunidades. Es precisamente en esto último en lo que debes centrar tu atención.