La esperanza de vida está en parte condicionada por la herencia genética, pero los hábitos que adquirimos y nuestro estilo de vida también tienen mucho que ver. Además de ayudarnos a evitar el desarrollo de enfermedades a las que podemos tener propensión, también podemos conseguir envejecer con una mejor calidad de vida. Nuestros comportamientos diarios, y nuestras elecciones cotidianas pueden marcar la diferencia a largo plazo. Además de los conocidos consejos como no fumar, hacer ejercicio, controlar el estrés o comer mejor, hay otros hábitos que pueden contribuir a prolongar nuestra esperanza de vida hasta diez años.
7CONECTAR CON LA NATURALEZA
Cada vez vivimos más alejados de lo natural, y sin embargo está más que demostrada la relación entre la salud, física y mental, y el contacto con la naturaleza. Quienes viven en una gran ciudad deberían hacer escapadas frecuentes a la naturaleza, y aprovechar para respirar y sentir la serenidad y la paz del bosque o las montañas. Además de resultar terapéutico, si se convierte en un hábito, puede prolongar la esperanza de vida.