La esperanza de vida está en parte condicionada por la herencia genética, pero los hábitos que adquirimos y nuestro estilo de vida también tienen mucho que ver. Además de ayudarnos a evitar el desarrollo de enfermedades a las que podemos tener propensión, también podemos conseguir envejecer con una mejor calidad de vida. Nuestros comportamientos diarios, y nuestras elecciones cotidianas pueden marcar la diferencia a largo plazo. Además de los conocidos consejos como no fumar, hacer ejercicio, controlar el estrés o comer mejor, hay otros hábitos que pueden contribuir a prolongar nuestra esperanza de vida hasta diez años.
5REBAJAR EL NIVEL DE ESTRÉS
Los niveles de estrés elevados durante tiempos prolongados pueden acortar la esperanza de vida hasta 2,8 años, según una investigación del National Institute for Health and Welfare (Finlandia). Esto es porque la exposición al estrés acorta los telómeros una parte de la estructura de nuestros cromosomas relacionada con el proceso de envejecimiento y la esperanza de vida. Es un fenómeno que se ha hallado en todas las especies de vertebrados, y que se ha confirmado también en humanos. Por lo tanto, conviene intentar dirigir nuestros pasos hacia un estilo de vida que nos permita liberarnos, en la medida de lo posible, del estrés. También podemos aprender a controlarlo o reducirlo con técnicas de relajación, ejercicio suave o meditación.