Según diversos expertos, el sector de la construcción es el responsable del 40% de las emisiones de CO2 y del 30% del consumo energético hoy en día. Pero el sector está evolucionando para reducir estas emisiones de cara a la próxima década y contrarrestar los efectos negativos que provoca su actividad y que buscan. Es decir, se preparan ante un futuro más sostenible y verde en el sector de la vivienda.
Entre los objetivos de las constructoras y promotoras se encuentra optimizar el uso de las materias primas, mejorar la eficiencia energética, reducir el impacto medioambiental y fomentar la economía circular. Por otro lado, en un año se han acelerado las tendencias en el sector de la vivienda debido a la pandemia y esto, sumado a los cambios climáticos, hacen que las compañías se tomen más en serio la apuesta por la sostenibilidad.
Tanto Filomena como este último verano, uno de los más calurosos en los últimos tiempos, han provocado un cambio de tendencia en los consumidores. Es más, según los meteorólogos, el cambio climático provocará que este verano, el de 2021, haya sido más frío que los próximos que vendrán. Además, el hecho de que no haya suelo en el centro de las ciudades, ha provocado un ‘éxodo’ hacia áreas metropolitanas, con un especial interés hacia una tipología de vivienda más unifamiliar. Y, sobre todo, con una esencia más sostenible.
Una de las opciones que están tomando las compañías y las promotoras es la vivienda industrializada. La construcción industrializada es una metodología clave en la edificación que genera varios beneficios de eficiencia y sostenibilidad. Entre sus cualidades permite mejorar los plazos de entrega, elimina desviaciones presupuestarias del proyecto y ajusta el consumo de materiales. De esta forma, reduce intensamente el volumen de residuos de una edificación.
La pandemia ha cambiado las preferencias de los compradores hacia el extrarradio
Uno de estos ejemplos puede ser las soluciones de Lignum Tech. Esta compañía será pionera en la industrialización de fachadas en madera, tanto para vivienda nueva como para rehabilitación. Además de la reducción de la huella de carbono en los proyecvtos, va a suponer una reducción en tiempo de construcción.
VIVIENDA INDUSTRIALIZADA
Se trata de una forma diferente de construir casas que está cogiendo ritmo en España. Se trata de hacer la casa, o módulos de ella, en una fábrica, algo diferente a lo que se hace de forma tradicional. Sus beneficios son amplios, como la reducción de plazos de entrega, el aumento de la calidad del producto, un mayor control de costes y más responsabilidad ambiental.
Una compañía que ha adoptado esta hoja de ruta es Aedas Homes. La promotora ha apostado por este tipo de construcción para algunas de sus promociones, como la de Merian, en Torrejón de Ardoz, Madrid.
En la industrialización se pueden solapar actividades, lo que permite reducir los plazos en aproximadamente un 50% respecto a una obra tradicional. Igualmente, los costes de la obra pueden verse reducidos, debido a los patrones de repetición con los que se construye. Estos también permiten a las empresas tener un control sobre el stock de aquellos recursos implicados en el proceso de construcción.
MATERIALES SOSTENIBLES
Una apuesta segura que hacen las compañías para la construcción son los materiales sostenibles. La madera es uno de los materiales sostenibles para la construcción con menos impacto ambiental, tiene una gran capacidad aislante y podemos ahorrar más del 50 % en calefacción y aire acondicionado.
Este material es uno de los que más crecimiento ha experimentado en los últimos años. Desplazado por el hormigón en el boom del desarrollo inmobiliario, ahora se presenta como un material alternativo sostenible en el tiempo, con huella de carbono negativa y alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Las nuevas técnicas hacen de la construcción con madera una alternativa real.
A medida que la sostenibilidad se abre camino en el sector de la construcción, la madera vuelve de la mano de la innovación como material natural y 100% renovable. Gracias a los últimos avances en tecnología, el CLT (Cross Laminated Timber) es apto para todo tipo de construcciones, tanto para edificaciones de menor tamaño como para edificios de media y gran altura. Además, conlleva un menor impacto medioambiental y ayuda reducir las emisiones de CO2.
Igualmente, se suman otras ventajas que aporta el uso de este material en la construcción, como un alto grado de estabilidad dimensional, capacidad estructural, ligereza, rápido montaje, y un buen comportamiento energético, además de su fácil adaptación a diferentes estilos arquitectónicos. Algunos expertos prevén un crecimiento exponencial en los próximos años.