El fabricante estadounidense de procesadores Nvidia firmó hace un año el acuerdo para la compra de la compañía británica ARM y desde entonces la operación solo ha producido rechazo por parte los organismos reguladores. A las objeciones de Reino Unido, que ve un atentado a la competencia de diferentes mercados tecnológicos afectados por la escasez global de chips semiconductores, se sumarán ahora las de Bruselas.
Fue hace un año cuando la multinacional estadounidense anunció el acuerdo para la compra de ARM, responsable del diseño de los microchips que utilizan gran parte de los smartphones y tablets, cifrado entonces en 40.000 millones de dólares (unos 34.000 millones de euros). Hasta entonces ARM es propiedad del gigante japonés SoftBank, que de realizarse finalmente la operación obtendría un beneficio de 8.000 millones dólares, puesto que en 2016 adquirió la tecnológica británica por 32.000 millones de dólares, así como presencia en el accionariado con algo menos del 10%.
Sin embargo, la transacción ha sido vista como un problema para la competencia del sector por los organismos reguladores. Primero fue la Autoridad de Competencia y Mercados (CMA, por sus siglas en inglés) de Reino Unido la que estimó el pasado 20 de agosto que la compra podría “dañar la competitividad de los rivales” de Nvidia al restringir el acceso a la propiedad intelectual de ARM, aseguró la autoridad británica en un comunicado
Ahora Bruselas se suma al país británico para investigar la operación de Nvidia, y es que que la Unión Europea está ultimando una investigación formal sobre este asunto, según ha informado el Financial Times. Dicha investigación comenzará una vez la compañía estadounidense notifique formalmente a la Comisión Europea su plan de compra de ARM, movimiento que se espera para la semana del 6 de septiembre, según adelanta el rotativo inglés.
Por su parte, Nvidia lleva meses reuniéndose de manera informal con los funcionarios comunitarios e incluso ha asegurado públicamente que está dispuesta a explicar los beneficios de la fusión a la Comisión Europea. Algo que de momento no ha convencido a la autoridad competente británica, que no ve que las contrapartidas ofrecidas por la compañía sean suficientes.
TEMOR A UN AUMENTO DE PRECIOS
Se trata de una de las operaciones más importantes del sector tecnológico y sobre todo de los fabricantes de microprocesadores. ARM es la responsable de una arquitectura de procesadores que domina el mercado de los dispositivos móviles por ofrecer un procesamiento simplificado, consumiendo menos energía y generando menos calentamiento que los tradicionales sistemas de Intel y AMD, dominadores en los ordenadores de escritorio.
Los principales fabricantes de procesadores para móviles, como Qualcomm, Samsung, Huawei y Apple, utilizan este diseño. Las cuatro multinacionales licencian la tecnología de ARM para diseñar sus chips y el software de comunicación de los mismos componentes. De hecho, Apple ha roto relaciones comerciales con Intel en este aspecto y se ha lanzado a crear sus propios procesadores para sus MacBook con arquitectura ARM. Además, existen multitud de chips que no son directamente CPUs pero también utilizan la arquitectura de la firma británica.
«NOS PREOCUPA QUE NVIDIA CONTROLANDO ARM PUEDA CREAR PROBLEMAS REALES PARA LOS RIVALES DE NVIDIA AL LIMITAR SU ACCESO A TECNOLOGÍAS CLAVE»
Es una situación complicada que podría afectar directamente a los consumidores, o por lo menos así lo ve la CMA británica, preocupada porque “esta pérdida de competencia pueda afectar a la innovación en varios mercados, incluyendo los de centros de datos, videojuegos, el ‘Internet de las cosas’ y los coches autónomos”. El organismo regulador cree que la operación “podría provocar productos más caros o de menor calidad para las empresas y los consumidores”.
“Nos preocupa que Nvidia controlando ARM pueda crear problemas reales para los rivales de NVIDIA al limitar su acceso a tecnologías clave y, en última instancia, sofocar la innovación en varios mercados importantes y en crecimiento. Esto podría hacer que los consumidores se pierdan nuevos productos o que los precios suban”, advirtió Andrea Coscelli, director ejecutivo de la CMA.
UNO DE LOS VALORES MÁS ALCISTAS
Todo ello envuelto en un clima cuanto menos delicado por la escasez global de semiconductores, que está afectando a la fabricación de productos tecnológicos de todo tipo y que a su vez supone un incremento en la demanda de los productos de Nvidia. De salirse con la suya y completar finalmente la compra de ARM, daría un golpe de efecto en el sector y se colocaría como una de las principales dominadoras.
Sin duda es una operación ventajosa para Nvidia, uno de los líderes mundiales en el sector de las tarjetas gráficas que ha obtenido muy buenos resultados en lo que va de año. Su facturación creció un 84% interanual en su último trimestre fiscal, alcanzando los 5.660 millones de dólares. Un buen año que ha hecho que se revalorice en bolsa, convirtiéndose en una de las compañías más alcistas del Nasdaq con un avance de más del 60% y sus títulos cotizando a 226 euros.
En las próximas semanas podremos comprobar si consigue convencer a los organismos reguladores de que la compra de ARM no afecta directamente a la competitividad del mercado y logra avanzar en el dominio de los semiconductores o, por el contrario, su operación se ve frustrada.