jueves, 12 diciembre 2024

La luz deja en evidencia el buenismo mágico de las políticas de este Gobierno

Durante este año, los españoles hemos asistido a una subida continuada y explosiva del precio de la luz hasta triplicar el precio registrado hace un año y, aunque esta subida no es exclusiva de nuestro país, la intensidad de los incrementos experimentados en España es única. Si tomamos los datos registrados por Energylive a 18 de agosto, constatamos que los ciudadanos de doce países de la Unión Europea pagan menos que los españoles por la luz.

Ante esta escalada de los precios de la electricidad, que ha llegado a suponer incrementos del 180% o 190%, se esperaba mucho de Pedro Sánchez pues se comprometió a terminar con la pobreza energética y se escandalizaba hace años por subidas de un 8% o 10% haciendo único responsable de las mismas al gobierno de entonces.

Pero como es habitual, el gobierno no ha hecho nada. Durante los primeros meses del año, la «coalición progresista» de PSOE y Podemos literalmente no tomo ninguna medida para atajar subidas que llegaron a ser del 20% mientras medio país sufría las consecuencias de «filomena.

Seis meses después, implantó una serie de medidas que no han tenido ningún efecto. A finales de junio el gobierno aprobó una insuficiente y temporal bajada de impuestos que solo será efectiva hasta septiembre (en el caso de la suspensión del Impuesto sobre el Valor de la Producción Eléctrica) y diciembre (en el caso de la reducción del IVA) respectivamente.

Antes, habían entrado en vigor unas nuevas tarifas que el propio gobierno admitió que no iban a abaratar el precio de la luz, sino que se trataba de hacer un «ejercicio de pedagogía» y que el gobierno nos dijese cuando debíamos lavar la ropa o encender el aire acondicionado, actividades que se han convertido con este gobierno en «experiencias premium» para los españoles.

Y en las últimas semanas, Sánchez y sus ministros han recuperado un clásico de su repertorio de bulos. Tras «Europa no nos deja bajar el IVA a las mascarillas» llegó «Europa no quiere cambiar el modelo» de fijación de precios de la energía. Declaración que desmintió la UE un día después.

Y para finalizar, su propuesta estrella, la creación de una empresa pública de la energía. El PSOE se mimetiza con su socio para traer a España la experiencia venezolana o cubana que tanta ruina ha llevado a sus países.

En Venezuela, la revolución bolivariana de Chávez y Maduro ha expropiado, nacionalizado o confiscado 5.000 empresas de las que, en 2018, solo sobrevivían 3.000 a duras penas (datos del Observatorio de Gasto Público de Cedice) y la «excelente» gestión de un gobierno, al que admira buena parte de la coalición PSOE-Podemos, ha llevado a que el país con más petróleo del mundo tenga que importar crudo.

Sin irnos tan lejos, la empresa pública de electricidad creada por Ada Colau en 2018, Barcelona Energía, aplica a rajatabla las subidas de la luz, tiene el mismo bono social que el resto de compañías a las que el PSOE y Podemos «demonizan» y su principal fuente de generación es la energía térmica que emite CO2.

En definitiva, la experiencia nos demuestra que una empresa pública no abarataría la factura de la luz e incluso podría agravar el problema, pero al más puro estilo social-comunista, este gobierno ha hecho de su «buenismo mágico» -que se extiende a otras medidas como el Ingreso Mínimo Vital- la coartada de su manifiesta incapacidad y de su evidente tentación totalitaria para tratar de imponer «su» concepción de la vida, la sostenibilidad y lo público con el riesgo que eso conlleva para la democracia y la libertad.

(*) Antonio González Terol, vicesecretario general del PP


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