Una parte importante del Gobierno sabía que sería un verano caliente. Por la temperatura y por el asunto eléctrico. Pero también confiaban en que surgiera alguna ‘serpiente informativa’ para relajar la tensión. Finalmente no ha sido así. De hecho, ha sido el propio Ejecutivo, en concreto los socios de Unidas Podemos, los que se han encargado de avivar la conflictividad social con respecto al recbido de la luz. Polémicas que ha intentado apaciguar la ministra del ramo, pero que solo han prolongado el problema.
Por eso, finalmente ha tenido que ser la vicepresidenta de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, la que haya sido más tajante con respecto a la posibilidad de crear una gestora pública para controlar la tecnología hidráulica que, en estos momentos, está en manos de empresas energéticas privadas.
En concreto, Calviño ha puesto en cuestión este martes la utilidad de impulsar una empresa pública de energía para combatir la escalada en el precio de la electricidad, instando a priorizar «aquellas medidas que son eficaces» y «aquellos ámbitos que puedan tener un impacto real y no otras ideas», ha dicho, «que no son eficaces».
De esta manera, la ministra económica ha venido a matizar las ideas de la responsable para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, que la semana pasada en un intento de calmar las aguas insinuó que el control de las centrales hidroeléctricas podrían pasar a manos públicas. Una propuesta, en realidad, que estaba fuera de lugar por el plazo de vencimiento de las concesiones a las eléctricas a largo plazo. Muy largo plazo. Pero esas palabras pusieron el foco en empresas como Iberdrola y, de esta manera, logro unos días de margen para trazar la que debe ser una estrategia concreta y a corto plazo.
PROPUESTAS MÁS REALES
Así, para que no se generen unas expectativas fuera de lugar, Calviño ha sido muy tajante al asegurar que el Ejecutuvo debe plantearse «medidas eficaces y centrar nuestros esfuerzos en aquellos ámbitos que pueden tener un impacto real, y no otras ideas que ya sabemos que no son eficaces o no pueden llevarnos a los objetivos que tenemos, que es un sistema energético con la energía más limpia y barata posible».
Calviño ha defendido, por un lado, que el Gobierno trabaja hacia una transición ecológica, a partir de la introducción de energías renovables y que, ante el aumento de costes que afectan al precio de la electricidad, ya ha adoptado otras medidas con las que espera reducir la factura en un 15%. Entre ellas, ha mencionado la bajada de impuestos -rebaja del 21% al 10% del IVA y suspensión del impuesto a la generación que pagan las eléctricas, temporales ambas-, de cargos que soporta la factura -a través del Fondo Nacional de Sostenibilidad- y también «atajar los beneficios a energías ya amortizadas».
Algunas de estas medidas, ha dicho Calviño, están «pendientes de la aprobación en el Parlamento» y espera que «sean aprobadas lo antes posible». Tanto el citado fondo, como el mecanismo para rebajar los llamados ‘beneficios caídos del cielo’ aún no han entrado en vigor.
Y es que el Gobierno, a través del Ministerio de Transición Ecológica, apostó finalmente por tramitar estas medidas como proyecto de ley, pese a la insistencia de Unidas Podemos de aprobarlas vía decreto. En el caso de la segunda norma, el Ejecutivo ha solicitado su tramitación por la vía de urgencia para acortar los plazos parlamentarios a la mitad.
A MÁS RENOVABLES, MÁS BARATA LA ENERGÍA
Por otro lado, Calviño ha celebrado la subasta anunciada este lunes por la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera, sobre una nueva subasta de energías renovables para aumentar la capacidad de generación de electricidad, con otros 3.300 megavatios (MW).
La ‘número dos’ del Gobierno de coalición ha recordado que se trata de la segunda subasta de 2021, tras la celebrada a principios de año, que tuvo una «acogida ambiciosa» en una «gran respuesta por las empresas energéticas», y ha destacado que el precio medio se situó en unos 25 euros el megavatio hora.
«Nos puede servir como referencia para entender que cuanto antes avancemos hacia estas energías, antes podremos tener una energía que no solamente sea la más limpia, sino también la más barata», ha concluido.