La ciudad es un ente vivo que está en constante cambio, ya sea para bien o para mal. El concepto de “ciudad de 15 minutos”, o crono-urbanismo, es un término que se ha popularizado gracias a la alcaldesa de París, Anne Hidalgo. Básicamente, su definición es que, a 15 minutos a pie o en bicicleta, los residentes de la ciudad tienen que tener acceso a los servicios básicos: el mercado de compra, el colegio, el trabajo o el área de ocio.
Anne Hidalgo fue reelegida alcaldesa de París haciendo de esta idea el centro de su campaña. Ella lo definió como el ‘big bang’ de la proximidad. Se trata de otra forma de vivir, consumir, trabajar y estar en la ciudad ya que todo lo importante para nuestro día a día está en un radio de 15 minutos. La intención de la alcaldesa es que los peatones y las bicicletas ganen espacio, lo que también conlleva una reducción de los niveles de contaminación.
Además, el cambio de hábitos provocado por la pandemia ha llevado también a replantearse la forma de moverse e incluso de vivir. Ahora pensamos en tener las cosas más al alcance, sin necesidad de tener que hacer media hora para llegar a nuestro puesto de trabajo. El crono-urbanismo puede ser una forma de humanismo, pero adaptado al siglo XXI, y su intención es que el ritmo de la ciudad siga a los ciudadanos y no a los vehículos.
El arquitecto y urbanista Carlos Moreno es creador en parte del concepto de ciudad de 15 minutos. Moreno destaca que este proyecto “quiere cambiar el paradigma de lo que ha sido la ciudad moderna, una ciudad construida con muchos edificios e infraestructuras para vivir y trabajar, consumido el espacio por los vehículos”.
Aunque la alcaldesa de Paris apuesta por este concepto, también reconoce que resulta difícil «cambiar el ritmo de la vida al que estamos acostumbrados. La batalla de cambiar nuestra manera de trabajar está en curso y será uno de las más importantes para los próximos años».
existe una dificultad para que los ciudadanos cambien su actual ritmo de vida
La elección de los 15 minutos no es aleatoria. Diversos estudios apuntan que entre 15 y 20 minutos es la cantidad máxima de tiempo que las personas están dispuestas a caminar para satisfacer sus necesidades diarias en su localidad. Esta medida representa una caminata de 800 metros desde la casa hasta el destino y su regreso. Moreno apunta que esto derivaría “en una ciudad multicéntrica para darle accesibilidad a los ciudadanos a servicios de proximidad”.
LA CLAVE ES CAMINAR
Es fundamental por lo tanto la descentralización. Y también es importante contar con una infraestructura que permita al ciudadano poder caminar para llegar a todos los servicios básicos. Los peatones caminan más si se cuenta con unas aceras y pavimentos en buen estado. Asimismo, en el caso de ciudades en las que el calor sea más agresivo, si se cuenta con espacios verdes que aporten sombra, los peatones apuestan más por caminar.
También se apuesta por un uso dual de los espacios, transformándolos en sitios multifuncionales. Por ejemplo, que los patios de las escuelas puedan ser utilizados como pistas de deportes cuando el colegio no se esté utilizando. En definitiva, espacios que tengan usos flexibles para eventos, entrenamientos deportivos y trabajos temporales. París apuesta por la reutilización de sus espacios, para mantenerse activa casi las 24 horas al día, adaptando su uso a diversos usuarios y dinámicas comunitarias.
Pero el principal problema de la ciudad de 15 minutos es que no se puede empezar una ciudad desde cero. París cuenta con un buen recorrido ya que su ciudad se diseñó para ello, lo único que hay que hacer es adaptar los barrios para implantar esta medida. Igualmente, la dificultad también radica en conciliar las políticas territoriales, y adaptarlas a las necesidades de cada ciudad. Quizás ahora mismo es una utopía, pero resulta interesante pensar a dónde nos podría llevar.