miércoles, 30 octubre 2024

Socialismo, dinero público e impuestos

Como acertadamente describió Margaret Thatcher “si el Estado quiere gastar más sólo lo puede hacer pidiendo prestado de tus ahorros o cobrándote más impuestos” y “el problema del socialismo es que al final siempre acaba gastándose el dinero de otros».

Si hablamos del socialismo patrio, esto se traduce en que siempre que gobierna sube impuestos, se gasta el dinero que todos los españoles hemos ganado con nuestro esfuerzo y hunde a España en profundas crisis que deben solucionar gobiernos populares con medidas liberales.

Esto sucede porque como explicó hace años Carmen Calvo «nosotros (refiriéndose a los socialistas) administramos dinero público, y el dinero público no es de nadie». Por contra, los liberales sabemos que el dinero público se genera gracias al trabajo de los ciudadanos, autónomos y empresas españoles y debe gestionarse con eficacia, rigor y seriedad.  

Otra máxima liberal es que los impuestos deben ser bajos para favorecer el desarrollo económico, la generación de empleo y la atracción de inversiones y, sobre todo, porque deben ser los ciudadanos quienes elijan libremente en qué invierten su dinero, no el gobierno.

Estos diferentes principios morales y económicos, se traducen en que las comunidades autónomas gobernadas por el Partido Popular son aquellas en las que menos impuestos pagan sus ciudadanos.

Si nos referimos al IRPF, estas autonomías tienen los tipos más bajos de España. Madrid, según datos de la Agencia Tributaria para el ejercicio 2020, lidera la bajada -con tipos que oscilan entre el 9% y el 21%-; seguida por Castilla y León -con tipos entre el 9,5% y el 21,5%-; y Galicia – con tipos entre el 9,5% y el 22,5%-. Los tipos de Andalucía y Murcia oscilan entre el 9,5% y el 24,3% y entre el 9,8% y el 23,1% respectivamente y, como ya han anunciado, los respectivos gobiernos autonómicos se rebajarán el próximo año para acercarse más y más a los existentes en Madrid. 

La Rioja y la Comunidad Valenciana con un tipo marginal del impuesto del 51,5% y 54% respectivamente se sitúan entre los marginales más elevados de la UE según el informe “Fiscalidad Autonómica y Foral 2021” del Consejo General de Economistas.

En todas las comunidades gobernadas por el PP sus ciudadanos no pagan impuesto de sucesiones cuando se trata de familiares directos y en Madrid, Murcia y Galicia está bonificado al 99%.

Además, estas comunidades con gobiernos populares se encuentran entre las que menos deuda pública tienen contraída. Mientras que Comunidad Valenciana, Castilla La Mancha y Cataluña lideran el ranking de autonomías que más han hipotecado a sus ciudadanos presentes y futuros.

Además, Andalucía y Madrid son líderes en creación de empleo y aumento de la ocupación. ¿Qué quiero decir con todos estos datos?

Que los principios afectan, y mucho, a la forma de gobernar y al bienestar de los ciudadanos. Y que los principios del socialismo se resumen en igualar a todos por la base, haciendo más pobres a todos los ciudadanos. Eso es lo que nos demuestran estos datos.

Una filosofía que quieren extender no sólo a Madrid, como podría pensarse de la propuesta de Ximo Puig -por el momento rechazada por la Ministra de Hacienda-, sino a todas las autonomías españolas a través de una negligente gestión del dinero público y del denominado proceso de armonización fiscal que pretenden imponer con la reforma del sistema de financiación autonómica.

Debemos tener claro que cuando Sánchez, Montero y resto de barones socialistas y nacionalistas hablan de armonización lo único que persiguen es confiscar el fruto del trabajo de todos los españoles friéndoles a impuestos.

(*) Antonio González Terol, vicesecretario general del PP


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