Tras la pandemia, la salud mental ha pasado a un primer plano. Las secuelas de un confinamiento extremo, procesos de duelo interminables y vivir en una situación convulsa ha hecho que la sociedad hable abiertamente de estos temas mentales, así como normalizar el acudir al psicólogo. Por ende, esto hace que las consultas psicológicas sean un negocio al alza.
Ahora que vemos el final de la pandemia sanitaria, los psicólogos pronostican que comenzaremos la pandemia mental. Antes de 2020, acudir al psicólogo se veía socialmente como algo que se debería de ocultar. Sin embargo, tras los tiempos tan difíciles que se han vivido a nivel mundial se ha normalizado acudir a consulta. En esto también han facilitado figuras públicas como el político Iñigo Errejón o de las deportistas Simone Biles, que se retiró de los Juegos Olímpicos dando prioridad a su salud mental o de la tenista Naomi Osaka, que prefirió no jugar el trofeo de Roland Garros.
“Se han hecho varios estudios y ciframos el aumento de las demandas en una horquilla entre el 30 y el 50%. La gente que trabaja en privado también constatan un aumento de las demandas y de las consultas”, afirma Pedro Rodríguez Sánchez, exdirector del centro de salud mental de Ciudad Lineal y miembro de la junta del Colegio de Psicología de Madrid.
Está claro que este aumento de la demanda está beneficiando económicamente a los psicólogos, sobre todo a los privados. Es por eso que, aunque no hay datos oficiales, es lógico pensar que muchos psicólogos, titulados y cumpliendo con las normas que exige la ley, se hayan animado a abrir una consulta por su cuenta al ver el auge de la actividad. Según Rodríguez, “siempre ha habido muchas consultas privadas porque la mayoría de los psicólogos que trabajan en el ámbito sanitario lo que hacen es hacer el ejercicio privado de la profesión, ejercicio liberal”.
No puede haber regulación de precios por el tema de la CNMC, todo esto está liberalizado
EL COSTE MEDIO POR CONSULTA ES DE 50 EUROS
Sin embargo, tal y como nos explica el psicólogo ya jubilado, los precios no están regulados. “No puede haber regulación de precios por el tema de la CNMC, todo esto está liberalizado por disposiciones europeas. Los colegios, hace años, sí que indicábamos y había un consenso sobre cuanto cobrábamos por los actos que hacemos de intervención psicológica, pero ahora es imposible. Los colegios no hacemos eso porque seríamos denunciados por la CNMC. Se considera mercado libre y para garantizar la competencia se deja que cada uno ponga el precio que considere”.
La media se sitúa en torno a los 50 euros por sesión, aunque depende del tipo de consulta que se esté tratando. Otro factor clave para la rentabilidad de la consulta es la cantidad de pacientes que atiendan en una jornada laboral. Aunque no hay un número máximo de consultas por día, los colegios psicológicos consideran que atender entre ocho y diez pacientes debería ser el límite para dar la atención adecuada. Es decir, en el caso de atender a ocho pacientes, un psicólogo podría ganar hasta 400 euros, mientras que, si atiende a 10 el máximo, según el coste medio, sería de 500. “No es lo mismo la primera o la segunda consulta, que es la que llamamos de evaluación, que después que es cuando hacemos el seguimiento del tratamiento o el tratamiento propiamente dicho”, afirma Pedro Rodríguez.
Está claro que las consultas privadas van a seguir en auge, y más teniendo en cuenta que no se está haciendo una inversión a la sanidad pública, donde las listas de espera sobrepasan los siete meses. Es por eso que la lógica invita a pensar en que se abrirán aún más centros privados, ya que son los que pueden sacar una mayor rentabilidad y pueden dar respuesta a la demanda.