La constructora Técnicas Reunidas se ha desplomado en Bolsa este viernes tras conocerse que ha pedido ayudas a la SEPI por valor de 290 millones de euros. La situación ha dejado ‘pillados’ a los principales accionistas, tanto nacionales como internacionales, después de que la compañía perdiera más de un 30% en su cotización.
Técnicas Reunidas está controlada principalemente por la familia Lladó a través de las empresas Araltec y Aragonesas Promoción de Obras y Constructoras. La primera, dedicada a la gestión inmobiliaria, posee un 31,99%, mientras que la segunda controla un el 5,1% del capital de la compañía. El otro principal inversor afectado es Francisco García Paramés, quien a través de su gestora Cobas Asset Managment controla actualmente un porcentaje superior al 3% del accionariado, es decir casi 1,7 millones de acciones. A nivel nacional la otra compañía que sufre con el descalabro en Bolsa de la empresa de los Lladó es el fondo Santalucía AM, con algo más de un 3% del capital de la constructora en su poder.
Por su parte, las grandes compañías extranjeras perjudicadas por la mala cotización de Técnicas Reunidas son el fondo británico Hihclere Internartional Investors, que controla también un 3%, el gigante estadounidense BlackRock con el mismo porcentaje de acciones y el fondo soberano noruego Norges Bank que amplió en enero su capital en el grupo de ingeniería español hasta en un 4,3%.
Sus títulos comenzaron a descender abruptamente hasta el nivel más bajo en los últimos 8 meses
Todos ellos han sufrido las consecuencias de la caída del 18% de las acciones de la compañía en Bolsa este viernes, tras anunciar que se ha acogido al Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas de la SEPI, entidad pública de la que recibirá 290 millones de euros en préstamos.
Se muestran optimistas
En la presentación de sus resultados semestrales, la compañía de ingeniería ha desvelado que inició el proceso para acceder a este fondo en el segundo trimestre del año y que ya ha acordado la cuantía a la que podrá acceder. Después de presentar los resultados antes de la apertura de mercado, que también suponían unas pérdidas de 164 millones de euros, sus títulos han comenzado a descender abruptamente hasta situarse en los 7,71 euros por acción, el nivel más bajo en los últimos 8 meses.
Los 290 millones de euros están dispuestos en dos tramos, uno de 150 millones en forma de préstamo participativo para compensar el impacto de la pandemia sobre los fondos propios, y otro préstamo ordinario de 140 millones destinado a compensar el alargamiento de los plazos de ejecución de sus proyectos en marcha, afectados también por la crisis sanitaria. Ambos tendrían una duración de cuatro años, con la posibilidad de ser amortizados anticipadamente, y se espera que su desembolso se produzca en el cuarto trimestre del presente año.
El presidente de la compañía, Juan Lladó, ha explicado que el impacto de la pandemia ha sido «mucho más profundo» del esperado, ya que ha impactado directamente en la ejecución de los proyectos, obligando a tener que reprogramar grandes contratos que representan más del 50% de su cartera. Sin embargo, Lladó ha asegurado que «hay razones para ser optimistas«, con una cartera de proyectos potenciales de 50.000 millones de euros, con adjudicaciones de más de 2.900 millones y con ofertas en curso de más de 6.000 millones de euros.
Técnicas Reunidas ha puesto en valor el carácter «estratégico» de la compañía para la economía nacional, uno de los requisitos imprescindibles para acceder a estas facilidades de crédito aprobadas por el Gobierno en el marco de la crisis sanitaria. «Facilita que siga ejerciendo un importante efecto tractor sobre el tejido empresarial del país y le sitúa en las mismas condiciones de competitividad de las que disfrutan otros grandes competidores internacionales que ya han conseguido apoyo financiero de sus respectivas administraciones públicas», justifica la empresa.