Es probable que el verano pasado te sobrara crema solar y la guardaras para esta temporada, sin embargo no podrás volver a utilizarla en cualquier caso. Si el producto no conserva sus características originales no te protegerá frente a la radiación ultravioleta. Tu piel quedaría expuesta al sol suponiendo un riesgo dermatológico. Entre los efectos adversos dañinos para tu salud podrías desarrollar el cáncer de piel de tipo melanoma. El sol además puede acelerar el envejecimiento de la piel si la protección no es efectiva.
1Fíjate si mantiene sus propiedades originales
Lo primero que debes comprobar es si la crema solar mantiene el mismo color, huele bien y su textura es la original. Si cualquiera de estas tres cosas no se corresponden con las características de la crema recién abierta deberás retirarla de tu línea de cosméticos. Las propiedades del producto habrán cambiado y no ejercerá su función protectora frente a los rayos solares. Al igual que los medicamentos y los cosméticos, la crema solar necesita estabilidad en su conservación. Es recomendable informarse sobre las características del producto preguntando en la farmacia o leyendo las indicaciones si lo adquirimos en otro establecimiento.