A los analistas, incluso los más comedidos, les gusta hablar de lo aburrido que es el sector de las telecomunicaciones en Europa. «Boring as hell», se puede escuchar en el gremio. Los servicios se han convertido en simples commodities y la única batalla real es por ver quién ofrece más por menos. Un ejemplo de ello es Telefónica, que no es más que una triste prisionera de este juego tan desesperante como exigente. Aunque ya no más. La firma que comanda José María Álvarez-Pallete ha dibujado un plan estratégico que debe cambiarla para siempre.
Y todo empieza por el Reino Unido. Si bien es cierto que el principal reto lanzado a largo plazo por Pallete y su equipo es reconvertir a la histórica operadora española en un gigante tecnológico, también lo es que debe remar mucho hasta entonces. La tecnología como bien saben en otros sectores, como el bancario, es cara. Y lo es, todavía más, cuando la estructura a modificar es tan grande.
A eso se le suma que Telefónica no solo no puede endeudarse más (es una de las operadoras más apalancadas del continente), sino que está en un proceso de reducir deuda. Un difícil equilibrio que, sin embargo, está consiguiendo. Por un lado, porque inició hace algo más de un año un proceso agresivo de venta de activos, que recientemente está dando sus frutos.
Por otro lado, porque está adecuando su estructura en España (principalmente) hacia un esquema más ágil para adoptar un entorno tecnológico. Pero ello, por sí solo, no será suficiente. Los siguientes pasos son fundamentales: el principal será su apuesta en Reino Unido. Pero mientras captará más recursos a para su filial ‘Tech’.
LA FUSIÓN CON VIRGIN MEDIA ES LA PIEDRA ANGULAR
El último movimiento de la firma en UK ha sido una jugada maestra. Pallete ha logrado obtener un rédito importante en el país, que le ha permitido reducir casi 5.000 millones en deuda, a la vez que se ha convertido en un actor de referencia en el sector. Además, por si fuera poco, revalorizar sus activos, gracias a una importante proyección de negocio.
Así, la fusión con Virgin Media, el operador de Liberty Global, ha creado un gigante valorado en algo más de 37.450 millones de euros, según los datos de JPMorgan, del que la mitad corresponde a la firma española.
La actual valoración que le da la firma de inversión a la firma conjunta de ambas operadoras supone un notable incremento respecto de la valoración en solitario de O2, la filial británica de Telefónica. Incluso, el 50% de la misma, unos 18.750 millones, se acerca al valor desembolsado hace más de 15 años por la operadora. Pero lo más importante es su potencial al alza. Los bancos de inversión prevén que solo gracias a las sinergias y el efecto arrastre por su tamaño, la segunda mayor compañía del país, podría alcanzar una valoración de unos 43.600 millones para 2024 e, incluso, los 47.400 millones en 2026.
Las dos fechas son especialmente relevantes porque están marcadas en el calendario como un momento para la desinversión. En 2024, tanto Liberty como Telefónica pueden sacar un porcentaje de su 50% a Bolsa. Un par de años más tarde, el acuerdo contempla que las compañías puedan vender su parte de la compañía a una tercera parte interesada, aunque está sujeta a derecho de tanteo por la otra. Tanto la primera como la segunda opción es una gran oportunidad para obtener un importante montante económico para afrontar ese reto de fondo.
UNA DE LAS CLAVES EN UK SERÁ EL PROYECTO LIGHTNING
Pero esa hipótesis solo abarca el caso base. Así, los analistas de JPMorgan, la compañía conjunta tiene «fuentes de opcionalidad al alza creíbles» que podrían ayudar a incrementar notablemente su valor. Para ello, en los próximos años Telefónica debería romper su alianza con Vodafone en Reino Unido y extender el llamado proyecto Lightning iniciado ya por Virgin Media. Una hoja de ruta con muchas aristas, pero que bien ejecutada podría lograr un alza anual continuado del ebitda del 11%, frente al 3,6% previsto en el escenario base, según los cálculos del banco de inversión.
El llamado proyecto Lighting consiste en una hoja de ruta iniciada ya por Virgin Media para la expansión de su red de cable en detrimento de otras apuestas como el ADSL. La apuesta le ha permitido al grupo un fuerte crecimiento en ingresos, también en el llamado ARPU, al poder ofrecer a sus clientes mayor velocidad en las conexiones. «Creemos que puede ser una fuente clave de creación de valor en el futuro», advierten desde JPMorgan.
Telefónica y Liberty crearán un crear un verdadero gigante convergente: con un 20% de marcado de banda ancha y un 33% en telefonía móvil
De hecho, la red que mantiene la compañía, junto con los avances propuestos, permitirá que la firma conjunta entre Telefónica y Liberty cubra todas las regiones más densamente pobladas del Reino Unido, esto es 47 de las 50 ciudades más pobladas. Además, puede aprovechar para crear un verdadero gigante convergente en el país, con un 20% de marcado de banda ancha y un 33% en telefonía móvil, que le permitirá beneficiarse de un mercado todavía muy fragmentado (al contrario que España) que permite tanto incrementar los precios como limitar futuras amenazas disruptivas.
TELEFÓNICA DEBERÁ ROMPER SU ALIANZA DE TORRES CON VODAFONE
Aunque la venta de la compañía podría limitarse en los próximos años. La apuesta diferencial por el cable poco a poco puede ir perdiendo su ventaja competitiva a medida que el resto de competidores, principalmente BT, hacen sus desarrollos. Una expansión, además, que coincidirá con la red creada por Virgin Media (se centrará en zonas muy pobladas) para posteriormente competir con ella. Aun así, los analistas esperan que esos desarrollos al menos tarden dos años en llegar, lo que le ofrece un margen de actuación.
La primera es una apuesta más agresiva. Para ello, la empresa conjunta podría beneficiarse del capital proveniente de la venta del 50% que atesora de CTIL (o Cornerstone), la firma conjunta de torres de O2 y Vodafone. El precio a percibir podría rondar los 1.500 millones, lo que permitiría acelerar la ofensiva para captar un mayor número de hogares antes que sus rivales si quiera tengan su red lista. La segunda, una vez hayan llegado los competidores, sería dar entrada a un socio mayorista en el proyecto, algo que, por ejemplo, Virgin Media ya hace en Bélgica.
En definitiva, las opciones en Reino Unido para Telefónica son muchas, pero sobretodo muy rentable. Al mando de las operaciones, por la parte española, recae en Patricia Cobian, CFO de O2, directiva en la que Pallete tiene la total confianza. Aun así, la presidencia es rotativa cada 24 meses, por lo que antes o después el ejecutivo español deberá implicarse todavía más. Tampoco hay otro remedio si se quiere alcanzar con éxito ese gran reto propuesto hace ya más de un año. Con todo ello de cara a los próximos años, el sector, por fin, parecerá algo más divertido.