Para los autónomos la morosidad es un grave problema. Que sus clientes no les paguen sus facturas a tiempo implica que ellos tampoco van a poder hacer frente a sus gastos si no disponen de un poco de liquidez extra. Se crea así un círculo vicioso que acaba haciendo que muchos negocios con un buen volumen de facturación tengan que acabar cerrando.
El incremento de la morosidad y los retrasos en los pagos están siendo algo todavía más común desde que comenzó la crisis económica asociada a la crisis sanitaria. Lo que no ha cambiado demasiado es la postura de la Administración Pública con respecto al pago de sus facturas. Ella sigue siendo una de las grandes deudoras de los autónomos.
1Trabajar para la Administración no es un buen negocio para los autónomos
Para un autónomo participar en una licitación pública es una buena forma de conseguir un cliente tan importante como lo es la Administración Pública. Sin embargo, muchos profesionales por cuenta propia acaban dándose cuenta de que su sueño de conseguir un contrato importante puede derivar en una pesadilla.
Una vez que el trabajo está realizado puede dar comienzo una auténtica odisea para conseguir cobrar el precio pactado. Porque no es extraño que la Administración pague bastante después del plazo de 30 días que establece la Ley de Morosidad.