¿Por qué algunas personas son capaces de sacar un proyecto empresarial adelante y otras no consiguen ni ponerlo en marcha a pesar de haber tenido una buena idea? La experiencia nos demuestra que existen muchos obstáculos que impiden o frenan el emprendimiento, pero la falta de fuerza de voluntad es uno de los más importantes y de los más habituales.
La idea de tener un negocio y ser tu propio jefe suena muy bien. Pero cuando llega la hora de la verdad es cuando las personas se dan cuenta de que para conseguir tener un negocio rentable hay que hacer muchos sacrificios y dedicarle mucho tiempo. Es entonces cuando la fuerza de voluntad inclina la balanza hacia el “sí, vamos a emprender” o el “no, es demasiado complicado”.
3Tienes tendencia a la procrastinación
Procrastinar es un lujo que un emprendedor no se puede permitir. Se trata de dejar siempre las tareas más importantes para otro momento. El problema es que al final te encuentras con que tienes muchas cosas que hacer y no dispones de tiempo para ellas, lo que hace que aparezcan los episodios de estrés y ansiedad.
Es posible que a veces procrastines de forma consciente (“no me apetece hacer esto, lo dejo para otro día”) y otras veces lo hagas casi de forma inconsciente. Por ejemplo, si te pones a ver las redes sociales y se te acaba escapando el tiempo que habías reservado para una tarea concreta. Si esto te ocurre con frecuencia, es más que probable que tus proyectos para emprender nunca pasen de una mera idea escrita en un papel.